La incidencia está vinculada a un grupo de países que tienen una incidencia media, de 35 casos por 100 mil habitantes. Sin embargo, esta incidencia no es tal cual como pareciera ser, dependiendo de la ciudad, y dependiendo del lugar donde uno vive en la misma ciudad. En los poblados, distritos o áreas más desarrolladas de lima metropolitana, la incidencia es de 100 por 100 mil habitantes, similar a los condados de más incidencia en Estados unidos, lo que significa que alrededor una de cada 8 mujeres va a padecer de cáncer de mama, en los lugares más occidentales.
En el área metropolitana, en las zonas más periféricas, es una condición semi-rural y la incidencia es de 1 en 35, baja bastante. El nivel es casi como África o Asia. La razón es que está muy vinculado al estilo de vida de la mujer. Las más occidentales no tienen hijos, tienen peor actividad física. Las periféricas tienen muchos hijos, grandes labores físicos, y más cosas que se pueden detallar. Lima es una ciudad heterogénea, incluso en la incidencia de cáncer de mama.
¿Cómo son los sistemas de prevención actuales en cáncer de mama en el Perú?
La prevención es muy importante, porque la atención pública, el interés público está siendo cada vez más desarrollado, porque no existe un núcleo familiar o de amistad que no tiene un paciente con cáncer. Entonces ese temor ha generado que las mujeres asistan con mayor frecuencia, incluso se va mas allá de lo recomendado, a hacerse estudios de mamografía, estudios de ecografía mamaria. Encima ya existen los diagnósticos de cáncer familiar, donde las mujeres más jóvenes van desde los 20 años asisten a conserjería genética y en los casos que hay la probabilidad que es BRCA o tiene un gen mutado, se le hace los estudios de este gen, en colaboración con otros hospitales.
Por otra parte, hay un plan del gobierno, que se llama plan esperanza piensa en promocionar y promover el conocimiento y los periodos o etapas de prevención del cáncer de mama. Yo creo que, sin llegar a cubrir todas las mujeres del país, es un gran paso que se ha hecho en 5 años, y la cobertura es bien alta.
Por lo menos en Lima metropolitana la cobertura es de cerca al 100%. El problema es el diagnostico, una vez que se diagnosticó, o hay una presunción de un tumor maligno, dependiendo del sistema de salud al cual pertenece la mujer, puede llegar a ser diagnóstico, y eso es que algunos casos sean localmente avanzados y no así tempranos que habíamos querido.
¿Qué papel juega la educación en este tema?
Es difícil, porque existen factores que se pueden modificar y factores que no se pueden modificar. Por ejemplo, a una mujer uno no le puede pedir si no tiene una relación o plan de tener hijo. Los que pueden modificar son generalmente los del estilo de vida. Entre esos está sobrepeso, una dieta adecuada, estado físico, ingesta o no ingesta de licor. Desafortunadamente las áreas más cultas o más intelectuales manejan bien esto. Dentro de la clase media o la clase baja que están mejor en su economía, más bien tienen sobrepeso, hacen menos actividad física, acumulan factores que predisponen, a pesar de que tienen conocimiento que eso no es bueno. Entonces falta un poco más reforzar no solo conocer, sino practicar lo conocido.
¿Cuáles han sido los avances aplicados este ano en ASCO?
Los tumores tienen dos aspectos. Uno, la información que brinde el ASCO y que genera los nuevos estándares mundiales de manejo del cáncer de mama. Vamos a ver la adyuvancia extendida, unas drogas que vencen la resistencia al centro de mecanismo de terapia de hormono-resistencia, que son los que van a salir a la luz este ASCO.
Por el otro lado, está el de relaciones con diferentes especialistas de otros países y otros continentes, y entonces poder conversar ideas de los problemas que uno maneja y como lo solucionan ellos y de esa forma regresa a su lugar de origen y probar ideas, intentar probar ideas de conceptos de estas nuevas líneas de investigación para cambiar el manejo. Es interesante, el conocimiento que uno recibe, y la inter-correlación con los colegas.