Yo me dedico, en un hospital de niños, a los tumores de cabeza y cuello entre otras patologías, los tumores de cabeza y cuello infantiles. La mayoría, gracias a dios, son benignos, pero tenemos un porcentaje de tumores malignos. No es como en los adultos un carcinoma, si no, habitualmente son sarcomas provenientes de otros tejidos y muchos de ellos hablan de una predisposición casi genética.
Estos tumores, los sarcomas, los más frecuentes son los rabdomiosarcoma, que son tumores que provienen del tejido muscular, y otros sarcomas son menos frecuentes. El lugar del cirujano está en el diagnóstico, lo que es la biopsia, la toma de las muestras, en eventualmente el tratamiento si la recesión puede hacerse sin mucha mutilación, y después en la paliación, por ejemplo sangrado u obstrucción de la vía aérea, evitarlo, y en la reconstrucción de las secuelas. Si de repente, si hubo una obstrucción de la mandíbula o del maxilar corresponde a hacer un tratamiento a posteriori.
A diferencia al adulto, el niño se espera que tenga una sobrevida muy larga. Entonces, los tratamientos como la quimioterapia, la radioterapia pueden tener secuelas a largo plazo que no tendría importancia en una persona de 70 años, pero si lo tiene en chicos de 6 años.
La radioterapia y la quimioterapia pueden generar segundos primarias. Entonces uno está preparado para seguir ese paciente a lo largo de muchos años de su vida, o los tratamientos pueden alterar el crecimiento de la cara dejando secuelas estéticas y funcionales muy importantes. Ese punto también es importante.
El paciente le curamos el cáncer pero por ejemplo no puede abrir la boca, no crece su mandíbula, no puede comer, y allí también tenemos un lugar importante los cirujanos de cabeza y cuello, en la parte reconstructiva. Por eso soy cirujano de cabeza y cuello y cirujano plástico, porque me ocupo del tratamiento de la enfermedad y sobretodo, en niños, el tratamiento de las secuelas.
Sobre todo las alteraciones que provoca la enfermedad y el tratamiento en el crecimiento facial, ese es el punto general.¿Qué herramientas nos faltan en Latinoamérica? Nos falta lo que está llegando en la última tecnología, sobre todo para planificación y está llegando, nos está consiguiendo los modelos ortográficos, la planificación de las cirugías sobre modelos computarizados se nos hace a veces dificultosos.
No en mi hospital, por allí eso es más sencillo, pero quizás la otra cuestión que tenemos en Latinoamérica es el manejo de las distancias. Tengo pacientes que viven a tres mil kilómetros de mi consulta y lo sigo controlando. En esto si nos ayudan la computación, el internet, las redes sociales, el whatsapp.
Yo recibo habitualmente un problema del paciente.
Ahora tengo un paciente en Ushuaia, a tres mil trecientos kilómetros de buenos aires. Esta interna en el hospital de Ushuaia y yo mantengo contacto permanente con los médicos. Me envían las fotografías, los estudios. Entonces, ¿qué es lo que ha cambiado en los últimos años? Bueno, todas estas herramientas, nos han facilitado las cosas.
Evidentemente los va y vienes de la economía en el mundo van también a alterar como se mueve la medicina. Pero son realidades a las que debemos adaptarnos y seguir avanzando.
¿Cuál es la realidad en cuanto a este tema en la Argentina?
Los adultos en general tienen carcinomas, carcinomas epidermoide y carcinomas nacidos en la mucosa de las vías aéreo digestivas, boca, lengua y demás. Esto puntualmente estos canceres son afectados por el consumo de alcohol, por el consumo de tabaco, por los malos hábitos de higiene dentaria y allí si por la mala alimentación, allí si se ven los factores socioculturales.
Cuando un paciente no puede concurrir al odontólogo su boca permanece llena de caries, mantiene malos hábitos alimentarios y si además consume alcohol, fuma, seguramente tendrá más chance de tener un cáncer de cabeza y cuello.
La otra cuestión que en Latinoamérica influye mucho es la consulta tardía. No todos los profesionales están bien entrenados, repito, las distancias son enormes. Entonces un paciente que aparece de repente con una pequeña ulcera en la boca, hasta que llegue a un centro de primer nivel donde se hace el diagnostico han pasado tres o cuatro meses.
Entonces la pequeña ulcera que era un estadio uno o dos, pasa a un estadio 4. Este problema lo tenemos nosotros, entiendo que lo tiene Brasil, entiendo que lo tienen otros países de Latinoamérica. El tema de las distancias y del acceso al servicio médico especializado.
Quizás existe un médico generalista o un odontólogo, pero la historia habitual es que el paciente aparece con la llaga o con la lesión en la mucosa oral o la lengua, lo ve el odontólogo lo envía al médico, le dan antibióticos, no, esta infección no curo, un mes, dos meses, le toman biopsia, lo mandan a buenos aires o una ciudad grande, pero ya ha perdido dos o tres meses en este proceso.
¿Y en cuanto a la prevención?
La incidencia es muy frecuente, entonces no está. La primera cuestión que un pediatra puede tener es que un chico tenga cáncer, porque sucede lo mismo. El niño aparece con un tumor, con un aumento de volumen en alguna zona de la cara va a su pediatra y en un principio eso es infeccioso, antibióticos, 15 días, no anda bien, 15 días más.
Le hacemos una ecografía, vemos. Le enviamos a que lo vean un otorrinolaringólogo o el odontólogo que no esté especializado, que no piensa en esa enfermedad. La primera cuestión para prevenir es pensar en la enfermedad, que esta pueda existir, entonces es una consulta temprana. Y nos llegan pacientes con estadios muy avanzados.
Puntualmente en argentina otro problema que tenemos no es un problema si no que es un beneficio del país. Tenemos una medicina pública, gratuita, entonces nos vienen de países limítrofes, concretamente de Bolivia, Paraguay. Suelen llegar pacientes a la argentina porque ellos no tienen los especialistas y vienen directamente a nuestro hospital que es gratuito.
Puedes entrar por la puerta lo voy a atender. No hay ninguna condición previa, pero, nos llegan con estadios avanzados. Porque han pasado muchos meses entre que se lleva un diagnóstico, se aproxima a un diagnóstico, l madre consulto o se cansó de recorrer en estos países, alguien le dice que venga a este hospital.
Estas cuestiones en la prevención son bastantes difíciles. Es muy difícil la prevención infantil ya digo porque no depende de los hábitos, dependen de una condición genética casi seguro. La prevención es más fácil en adultos y lógicamente va por el lado que sobretodo el odontólogo es quien va a revisar la boca del paciente sepa que esto pueda suceder y este alerta. Y lo mismo en un chico, el odontólogo que al niño le curo una carie, le saco una muela y no curo en eso de 15 días, no es normal, tiene que saber consultar, pero depende de gente que esté preparada.
Yo estoy muy involucrado en esto porque bueno, soy el vicepresidente de la sociedad argentina de cabeza y cuello. Entonces, este es ya el cuarto congreso que yo voy al ano, gracias a dios para mí no hay muchas novedades, pero sí creo que es importante todo lo que está yendo hacia las terapias genéticas molecular de cáncer.
Espero que no seamos los cirujanos que tienen que seguir resolviéndolo dentro de 20 años. Creo que eso es lo más valioso que uno se puede llevar de aquí y además bueno que todavía el cirujano sigue teniendo en algunos puntos importancia para la detección, para el tratamiento y el manejo de las secuelas y de la calidad de vida después de los tratamientos. Eso es lo que más me llevo en forma global.