Las mujeres con sobrepeso y obesas que pierden peso podrían reducir las probabilidades de desarrollar cáncer a medida que bajan los niveles de proteínas vinculadas con esa enfermedad, sugiere un estudio reciente.
Esas proteínas (VEGF, PAI-1 y PEDF) fomentan el crecimiento de los vasos sanguíneos, un proceso necesario para ayudar a los tumores a prosperar. Mientras más peso perdían las mujeres, más grande era el descenso en los niveles de esas proteínas, encontraron los investigadores.
"Es otra evidencia en el rompecabezas de los beneficios de perder peso, y de la importancia de perder peso para la gestión del cáncer", afirmó la investigadora líder, Catherine Duggan, científica principal de planta de la división de ciencias de la salud pública del Centro de Investigación del Cáncer Fred Hutchinson, en Seattle.
En general, perder peso reduce el riesgo de cáncer de mama, colon y próstata en hasta un 20 por ciento, dijo. Esto podría deberse a una reducción en los factores inflamatorios almacenados en la grasa, además de un descenso en los niveles de esas proteínas, sugirió Duggan.
Esas proteínas aumentan con el peso, explicó. "A medida que las personas aumentan de peso, se necesitan nuevos vasos sanguíneos para llevar oxígeno y nutrientes a la grasa almacenada", dijo. El mismo proceso se da en los hombres.
No está claro si esas proteínas provocan cáncer, y el estudio no lo probó, pero podrían crear un ambiente favorable para que los tumores comiencen a crecer, comentó Duggan.
"No podemos afirmar que esos factores causen cáncer, pero sí creemos que esos factores podrían hacer que los tumores crezcan. De forma que si se reducen, las células tumorales inactivas quizá no se activen y comiencen a crecer, pero no podemos decirlo con certeza", apuntó.
En el estudio, Duggan y sus colaboradores asignaron al azar a 439 mujeres postmenopáusicas con sobrepeso u obesas, de 50 a 75 años de edad, a uno de cuatro grupos.
Los grupos incluyeron: una dieta con calorías restringidas de no más de 2,000 calorías al día, un programa de ejercicio aeróbico de moderado a vigoroso durante 45 minutos cinco días por semana, una combinación de dieta y ejercicio, o ni dieta ni ejercicio. Los investigadores tomaron muestras de sangre al inicio del estudio y un año después.
Tras tener en cuenta el peso, la edad, la raza y la etnia, los investigadores encontraron que las mujeres de los grupos de dieta y de ejercicio perdieron del 2 al 11 por ciento de su peso corporal, mientras que las mujeres que no participaron en esos programas perdieron menos de un 1 por ciento de su peso corporal.
Además, en comparación con las mujeres que no hicieron dieta ni ejercicio, las que hicieron dieta, o hicieron dieta y ejercicio, tuvieron unos niveles significativamente más bajos de las proteínas. Pero ese efecto no fue aparente en las mujeres del grupo en el que solo se hizo ejercicio, apuntó Duggan.
La investigación aparece en la edición del 15 de julio de la revista Cancer Research.
Una experta no está segura que reducir esas proteínas pudiera reducir el riesgo de cáncer.
"En realidad no sabemos qué tanto deben bajar esas proteínas para tener un efecto real", dijo Victoria Stevens, directora estratégica de servicios de laboratorio de la Sociedad Americana Contra El Cáncer (American Cancer Society).
Ya se ha intentado eliminar el flujo sanguíneo a los tumores, pero hasta ahora los resultados de ese método han sido mixtos, apuntó.
Pero "sabemos que ser obeso o tener sobrepeso aumenta el riesgo de cáncer, así que cualquier cosa para evitarlo, como perder peso, debería ser algo bueno para reducir el riesgo de cáncer", planteó.
Fuente: Medline Plus
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