La radiación y la quimioterapia pueden provocar cambios estructurales en el tejido cerebral sano de los pacientes de tumores del cerebro tipo glioblastoma, encuentra un estudio reciente.
La investigación incluyó a 14 pacientes de glioblastoma que se sometieron a 35 semanas de radiación y quimioterapia combinadas (quimiorradiación) tras la extirpación quirúrgica de sus tumores.
Los pacientes se sometieron a escáneres cerebrales antes y después de la quimiorradiación, pero solo se obtuvo una cantidad adecuada de imágenes de ocho de los pacientes. Esas imágenes mostraron una reducción significativa del volumen total del cerebro, que es la cantidad total de tejido cerebral, por la quimiorradiación.
La reducción en la cantidad de tejido cerebral se hizo aparente en un plazo de unas pocas semanas tras el inicio de la quimiorradiación, y se observó sobre todo en la materia gris.
Los escáneres también mostraron que el tamaño de los ventrículos cerebrales (unos espacios llenos de líquido cefalorraquídeo en la profundidad del cerebro) se hizo progresivamente más grande durante la quimiorradiación. También se detectaron cambios en la zona subventricular, una de dos estructuras en que se generan nuevas neuronas en los adultos.
El estudio aparece en una edición reciente de la revista Neurology.
El hecho de que la radiación en todo el cerebro puede tener efectos nocivos sobre ese órgano es bien conocido. Pero este es el primer estudio en observar los cambios estructurales en el cerebro provocados por la quimiorradiación, según el autor principal del estudio, el Dr. Jorg Dietrich, del Centro Pappas de Neurooncología del Hospital General de Massachusetts, en Boston.
"Nos sorprendió ver que esos cambios (la reducción en el volumen de la materia gris y el agrandamiento ventricular) ocurrían apenas unas semanas tras el tratamiento, y siguieron progresando incluso después de que la radioterapia se completó", dijo en un comunicado de prensa del hospital.
"Aunque se trató de un estudio pequeño, esos cambios afectaron a todos los pacientes al menos hasta cierto grado. Ahora debemos investigar si esos cambios estructurales se correlacionan con una reducción en la función cognitiva, y si unas estrategias neuroprotectoras podrían detener la progresión de la pérdida de volumen cerebral", planteó Dietrich, profesor asistente de neurología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard.
Fuente: Medline Plus