El plan se presentó en el congreso final de alto nivel del proyecto financiado con fondos europeos BIO-TIC, celebrado en Bruselas. En el evento, titulado «From bugs to business: Unlocking the Bioeconomy in Europe», también se debatió sobre el estado actual de la biotecnología industrial y contó con conferencias magistrales a cargo de prestigiosos oradores del sector.

La biotecnología industrial, también denominada biotecnología blanca, se sirve de enzimas y microorganismos para mejorar procesos industriales y crear productos valiosos con aplicaciones en sectores como los dedicados a las sustancias químicas, los alimentos y los piensos, la sanidad, los detergentes y la energía. Por ejemplo, la biotecnología industrial podría reducir el tiempo necesario para hornear el pan, aumentar la producción vinícola y ahorrar energía al hacer la colada. Los procesos biotecnológicos también son fundamentales para la fabricación de antibióticos, vitaminas, aminoácidos y otras sustancias químicas finas.

Los responsables de BIO-TIC, puesto en marcha en 2012, prevén una rápida expansión del mercado de productos derivados de la biotecnología industrial. El equipo del proyecto entiende que esta situación estará alimentada por la sustitución de las materias primas de carbono basadas en combustibles fósiles provocada por un desplazamiento de la economía europea hacia la sostenibilidad y la eficacia en los recursos. No obstante, aún son muchos los obstáculos que se interponen al aprovechamiento pleno de la biotecnología industrial, como por ejemplo la competitividad en cuanto a costes de los nuevos productos en comparación con los ya existentes basados en combustibles fósiles.

El plan de acción es fruto del trabajo realizado por BIO-TIC durante tres años y su finalidad es la de dar respuesta a estas incertidumbres. En el plan se señalan diez recomendaciones prácticas, como por ejemplo ofrecer más oportunidades a los ganaderos en la bioeconomía, investigar las posibilidades que plantea el uso de biomasa innovadora, formar una fuerza laboral capaz de mantener la competitividad de Europa en la biotecnología industrial y poner en marcha marcos políticos y de incentivos que fomenten la bioeconomía.

En el documento también se recomienda que la sociedad civil conozca y entienda los beneficios de la biotecnología y los productos de base biológica, se identifiquen y se mejoren las capacidades europeas en cuanto a instalaciones piloto y de demostración, se fomente el empleo de coproductos y se mejore la bioconversión en todos los puntos de la cadena de procesamiento. Por último, sugiere una mejora del acceso a la financiación para proyectos de refinería a gran escala y relaciones más sólidas entre los agentes convencionales y no convencionales de la cadena de valor.

El proyecto impulsó la formación de una comunidad en línea dedicada a la biotecnología industrial que sirva para impulsar la innovación tecnológica aún más y crear unos cimientos sólidos sobre los que apoyar el crecimiento del sector en la UE. La plataforma asociativa de BIO-TIC acaba de ponerse en marcha y ya se ha convertido en una plataforma web imprescindible para aquellos expertos y empresas dedicados a la biotecnología industrial que deseen intercambiar opiniones, debatir sobre oportunidades de financiación y dar a conocer sus campos de especialidad y sus productos.

Los socios de BIO-TIC también se propusieron ofrecer a responsables políticos e industriales una evaluación más precisa de la biomasa y la sostenibilidad en la biotecnología industrial. La «herramienta de sostenibilidad de productos basados en la biología» recopila datos publicados sobre impactos ecológicos, medioambientales y económicos. Su función es la de generar un conjunto de «perfiles ecológicos» de bioprocesos relevantes y ofrecer la posibilidad de consultar sin esfuerzo datos sobre sostenibilidad ya disponibles sobre distintos productos de base biológica. Los productos señalados en la base de datos se escogieron por su relevancia para el proyecto BIO-TIC.

El proyecto BIO-TIC concluyó de manera oficial a finales de julio de 2015.

Fuente: Cordis Europa