Blanca Ocampo García, investigadora del Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares (ININ), participa en un estudio para desarrollar radiofármacos de tercera generación –se introduce molécula nueva- que detecten, simultáneamente, dos tipos de tumores: neuroendócrinos y gastroenteropancreáticos.
Para entender cómo funcionan estos fármacos hay que considerar que las membranas de las células tienen en su superficie moléculas llamadas receptores, que al unirse de manera específica a otras sustancias reciben información que transmiten al interior de éstas. Cuando la célula enferma u ocurren procesos malignos en ella, como con el cáncer, algunos de estos receptores aumentan en número, se sobre-expresan.
En este sentido, explica la investigadora del ININ, los tumores del páncreas que producen mucha insulina (insulinomas) “sobre-expresan” el receptor de un compuesto llamado GLP-1 que regula diferentes funciones, entre ellas aumenta la liberación de insulina y disminuye la del glucagón (otra hormona que participa en el metabolismo del azúcar) en respuesta a la ingestión de alimentos.
Por otra parte, los tumores que se presentan en el páncreas, con frecuencia en el duodeno, y secretan gran cantidad de ácido (gastrinomas), también sobre-expresan los receptores de GLP-1 y de la somatostatina, una sustancia que inhibe la liberación de la hormona de crecimiento, la insulina y el glucagón.
Actualmente, existe un radiofármaco desarrollado en el ININ aprobado por la Secretaría de Salud, “99mTecnesio-octreótido”, empleado para el diagnóstico de tumores neuroendócrinos y que también es empleado para gastrinomas, aunque sólo tiene una eficacia de entre el 50 y 60 por ciento en insulinomas.
Por lo tanto, los investigadores del instituto iniciaron la búsqueda de una molécula más eficaz que hallaron en un péptido de una sustancia llamada Exendin –una hormona hallada en la saliva del monstro de Gila, que lo emplea para la regeneración de su intestino— y al que le introducirán un radionúclido tecnecio-99m.
De acuerdo con la científica, una formulación que contenga Exendin y octreótido radiomarcados con tecnecio permitirá identificar, en etapas tempranas, por imagen nuclear molecular el 100 por ciento de insulinomas y gastrinomas (incluso con metástasis). También sería útil para evaluar la respuesta al tratamiento de la enfermedad.
Por este proyecto, la especialista obtuvo una de las Becas para Mujeres en la Ciencia edición 2014, otorgadas por L´Oréal, la Unesco y la Academia Mexicana de Ciencias.
ETAPAS CLÍNICAS. Esta investigación básica deberá someterse a nuevas etapas de estudio, para asegurarse de que los radiofármacos son inocuos para el hombre. “Ahora hacemos pruebas de caracterización para demostrar que la molécula que proponemos funciona. Después llevaremos a cabo una evaluación con proteínas receptoras específicas y células tumorales en el laboratorio para demostrar que el radiofármaco se une a los receptores que proponemos”, señala la científica.
Posteriormente llevarán a cabo pruebas en modelos animales, con ratones de laboratorio, para estudiar cómo se distribuye el radiofármaco en el organismo y comprobar que puede captar al tumor.
El objetivo final es que el radiofármaco derivado de Exedin se transfiera al sector salud a través de la Planta de Producción de Radiofármacos del ININ. Esta planta es la única en México que cuenta con las autorizaciones y certificaciones indispensables para producir radiofármacos y precursores de radiofármacos con tecnología propia.
“Una vez que la molécula demuestre que cumple con todas las características de seguridad y eficacia y se tengan todos los requisitos exigidos por las autoridades, se solicitará el registro de patente y el registro sanitario ante la Secretaría de Salud”, explicó Blanca Ocampo.
Fuente: Crónica
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