Un equipo de investigadores de la Universidad de Wisconsin, en Madison, Estados Unidos, ha identificado 46 genes en Escherichia coli que son necesarios para su supervicencia a niveles excepcionalmente altos de radiación; ocho de ellos parecen ser claves, según un artículo sobre su trabajo listo para su publicación en Journal of Bacteriology.
"La investigación ha revelado nuevas vías de autorreparación celular, incluyendo las vías de ADN que en los seres humanos que pueden ayudar a protegernos contra el cáncer", destaca uno de los autores de esta investigación, el doctor Michael M. Cox.
Las altas dosis de radiación son mortales no sólo en los seres humanos, las plantas y los animales, sino también en las células microbianas en general, pero ciertas bacterias, en particular Deinococcus radiodurans, son altamente resistentes a la radiación de alto nivel. E. Coli normalmente carece de esa resistencia a la radiación, pero se desarrollaron cepas resistentes sometiéndolas a niveles crecientes de radiación y consiguiendo supervivientes en cada generación.
Los 46 genes no son el resultado de las mutaciones creadas en virtud de los altos niveles de radiación sino que esos genes existen en el tipo salvaje de E. coli normal'. Los resultados refuerzan la idea de que la supervivencia después de altas dosis de radiación ionizante no depende de un solo mecanismo o proceso, sino que es multifacética.
"Establecimos un papel de los genes implicados en procesos tan diversos como el metabolismo central y la síntesis y el mantenimiento de la pared celular en la supervivencia a la radiación", detalla Cox. "Tal vez lo más importante es que se identificaron ocho genes de función desconocida que desempeñan papeles importantes en la supervivencia de la radiación", resalta.
Los beneficios de esta investigación y su progenie podrían ser sustanciales, según Cox. "Nuestra comprensión de cómo las células se tratan con radiación ionizante es muy rudimentaria. Nuestro trabajo proporciona un mapa ampliado de las funciones celulares que están más directamente implicadas en la mejora de los efectos de la radiación ionizante", afirma.
"Se han puesto de manifiesto algunas potenciales nuevas vías por las que las células reparan su ADN y más generalmente arreglan sus proteínas celulares y otros componentes después de la exposición a altos niveles de radiación", prosigue.
Por ejemplo, un gen, previamente de función desconocida, tiene un papel en la reparación de roturas de la doble cadena del ADN. "El gen está relacionado con un gen humano llamado XPB y puede ayudar a dilucidar algunas vías fundamentales de reparación del ADN en humanos que ayudan a protegernos de cáncer", augura Cox.
Fuente: El confidencial
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