Para quienes padecen cáncer o se sospecha que lo tienen, la biopsia es un mal necesario, un procedimiento incómodo y algo riesgoso para extraer tejidos para analizar.
Lynn Lewis, una paciente de cáncer de mama en Brooklyn, hizo analizar su cáncer en una forma más fácil: simples exámenes de sangre, a los que están llamando “biopsias líquidas”.
Es frecuente que rastros indicadores –ya sean células cancerosas intactas o fragmentos de ADN tumoral– estén presentes en la sangre en cantidades minúsculas. Diversas compañías ahora están llegando al mercado con sofisticadas pruebas con las que se pueden detectar y analizar.
Si bien todavía es necesario probar la utilidad de las pruebas, sus proponentes dicen que, dado que las biopsias líquidas no son invasivas, puede ser más fácil repetirlas con periodicidad. Esto permitiría hacer el seguimiento de la enfermedad conforme evoluciona, así como que se ajusten los tratamientos como corresponde.
“Poder hacerlo en forma serial es una ventaja enorme”, señaló la doctora Pamela Munster, una oncóloga en la Universidad de California, en San Francisco. “No podemos hacer series de biopsias del hígado de un paciente”.
La advertencia temprana sería un posible uso. Un estudio publicado en el New England Journal of Medicine muestra que en algunos casos una biopsia líquida podría detectar el empeoramiento del cáncer de mama cinco meses antes que una tomografía computarizada.
Eso permitiría abandonar más pronto una terapia inefectiva.
Algunos desarrolladores piensan que estos exámenes podrían usarse algún día para personas sanas, por cuanto proporcionarian la detección temprana de una amplia variedad de cánceres, no únicamente de un solo tipo, como lo hacen las mamografías o las pruebas del antígeno prostático específico.
Una tecnología similar transformó los exámenes prenatales. Ahora es posible detectar el síndrome de Down y otras anormalidades cromosómicas en el feto, analizando el ADN fetal en una muestra de la sangre de la mujer embarazada. Al parecer, tales pruebas están provocando la disminución de las invasivas, como la amniocentesis.
En gran medida y a pesar de todo el potencial de las biopsias líquidas, sus desarrolladores todavía no han podido establecer la precisión en los resultados ni, lo que es más importante, su utilidad. ¿Los exámenes de sangre ayudan realmente a los pacientes?
¿Útiles? Lewis, de 54 años, una abogada que trabaja por su cuenta y ha estado combatiendo las metástasis del cáncer de mama desde hace siete años, es un buen ejemplo de ello.
En junio, le hicieron un examen de sangre –que desarrolló una empresa emergente llamada Guardant Health – para detectar fragmentos de ADN tumoral. Se encontró una mutación genética que indicaba que su enfermedad sería susceptible al fármaco Afinitor.
No obstante, Lewis había probado con ese medicamento y había dejado de funcionar.
Sin embargo, volvió a tratar. Y, otra vez, no funcionó. Una segunda prueba aplicada en diciembre encontró varias mutaciones más, pero ello no conllevó una clara opción de tratamiento.
Sin embargo, con una biopsia líquida diferente se encontró que por lo menos algunas de las células cancerosas de Lewis tenían cantidades abundantes de la proteína Her2, que impulsa el crecimiento de los tumores.
Eso no se había detectado en las biopsias de los tejidos, quizá porque se realizan en muestras muy pequeñas de lo que es típicamente un tumor heterogéneo. Como resultado, Lewis acaba de empezar a usar dos fármacos para cánceres Her2 positivos.
“A veces se tendrá la oportunidad de identificar un tratamiento, y otras, no”, advirtió el doctor Massimo Cristofanilli, director del Centro para la Atención del Pecho en la Universidad Thomas Jefferson en Filadelfia, quien atiende a Lewis y es un prominente experto en biopsias líquidas.
No obstante, dijo, “claro que se está muchísimo más avanzado que ir a ciegas”.
La falta de evidencia en cuanto a la utilidad ha dificultado la aceptación de CellSearch , la primera prueba para detectar y contar las células tumorales circulantes. La aprobó el Departamento de Alimentos y Fármacos de Estados Unidos en 2004 y la vende Janssen Diagnostics, una subsidiaria de Johnson & Johnson.
Los estudios han mostrado claramente que tener un gran número de células de un tumor en la sangre es preocupante e incrementa la probabilidad de que el cáncer empeore y muera el paciente.
Sin embargo, no siempre está claro cómo proceder al obtener esa información.
Decirle a alguien que hay altas probabilidades de que vuelva a padecer un cáncer, pero no sabemos qué hacer no es útil, comentó el doctor Scott Kopetz, un profesor adjunto en el Centro Oncológico M.D. Anderson en Houston.
Un estudio, por ejemplo, encontró que a pacientes con cáncer de mama con un alto nivel de células tumorales circulantes –un signo de que no les funciona el tratamiento–, el cambio de medicamentos no prolongó la supervivencia.
Sin embargo, algunos expertos dicen que el impulso está cambiando hacia un enfoque más nuevo, el de buscar fragmentos de ADN no adentro de las células que llegan al torrente sanguíneo cuando muere una cancerosa.
Desarrollo. Muchos centros oncológicos empezaron a hacer análisis genéticos de tumores utilizando las biopsias convencionales para buscar mutaciones que se pueden tratar con fármacos particulares.
Foundation Medicine , una compañía que ofrece una prueba para analizar más de 200 genes de una biopsia tradicional, tiene un valor de mercado de $1.000 millones.
Hacer ese tipo de análisis en una muestra sanguínea es un reto técnico mayor. El ADN tumoral puede representar muy poco, una diezmilésima del ADN libre en la sangre, en la que el resto proviene de células sanas.
En forma similar, habrá millones o hasta miles de millones de glóbulos rojos comunes por cada célula tumoral circulante.
“Es como ver al sol y tratar de ver las estrellas”, comentó Nitin Sood, el director ejecutivo de Boreal Genomics. Es fácil cometer errores. Y es típico que se puedan analizar menos genes de una biopsia líquida que de una convencional del tumor.
El mayor impacto se daría si se pudiera detectar el cáncer con los análisis de sangre en personas aparentemente sanas, cuando todavía es curable.
Investigadores en la Universidad Johns Hopkins encontraron en un estudio reciente que fue posible detectar el ADN tumoral en la sangre de cerca de la mitad de los 223 pacientes a los que estudiaron que padecían cánceres localizados.
No obstante, debido a que se sabía que tenían cáncer, no se demostró que se podría detectar más temprano el cáncer con un análisis sanguíneo que con otros métodos.
Lewis, la paciente de cáncer de mama, dijo que no entiende del todo los resultados de la prueba de mutación del tumor.
No obstante, Lewis, cuyas pruebas se efectuaron como parte de proyectos de investigación, por lo cual no ha pagado nada, dijo que quiere cualquier ventaja que pueda brindarle la ciencia.
Fuente: La Nación - Costa Rica
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