Una popular clase de fármacos usados para tratar la enfermedad intestinal inflamatoria no se relaciona con el riesgo a corto plazo de cáncer, informan unos investigadores daneses.
Los investigadores hallaron que las personas con enfermedad de Crohn o colitis que recibían los fármacos, los antagonistas del factor de necrosis tumoral alfa (TNF-a), tenían más o menos el mismo riesgo de cáncer que las demás personas con esas enfermedades intestinales inflamatorias que no fueron tratadas con el fármaco.
Los medicamentos funcionan al interrumpir la función del TNF-a, una sustancia usada por el sistema inmunitario para aumentar la inflamación.
"El tratamiento con esos medicamentos inhibe la respuesta inflamatoria en el tracto gastrointestinal, llevando así a una reducción en los síntomas", explicó la Dra. Nynne Nyboe Andersen, del Instituto Statens Serum en Copenhague.
El problema es que el TNF-a también tiene un rol clave en la protección del cuerpo contra el cáncer, lo que plantea inquietudes de que inhibir su función podría aumentar el riesgo de cáncer de una persona.
"Es una de las armas reales que el sistema inmunitario usa para dispararles y matar a las células de cáncer, o a una célula que está infectada con una bacteria o un virus", señaló el Dr. Fadi Braiteh, oncólogo de los Centros Oncológicos Integrales de Nevada, afiliado de la US Oncology Network. "Al calmar el sistema inmunitario, se puede mejorar la probabilidad de que las células cancerosas escapen la detección y se conviertan en un cáncer en toda regla".
Un análisis de 2006 de ensayos clínicos anteriores resaltó este temor, al reportar que los medicamentos contra el TNF-a provocaban un aumento de más de tres veces en el riesgo de cáncer de los pacientes, reportaron los investigadores daneses en el material de respaldo. Pero tres análisis posteriores no lograron confirmar este hallazgo.
Entre los medicamentos anti TNF-a se incluyen adalimumab (Humira), certolizumab (Cimzia), etanercept (Enbrel), golimumab (Simponi) e infliximab (Remicade), según el Colegio Americano de Reumatología (American College of Rheumatology).
Para evaluar la seguridad de los fármacos anti TNF-a, Andersen y sus colaboradores estudiaron las tasas de cáncer en más de 56,000 pacientes daneses con enfermedad intestinal inflamatoria. Compararon los casos de cáncer en las personas que habían tomado los medicamentos y de las que no los habían tomado.
Los investigadores hallaron que el cáncer ocurrió en casi el 7 por ciento de los pacientes que nunca habían tomado un fármaco anti TNF-a, en comparación con poco menos del 2 por ciento de los pacientes que habían sido tratados con los fármacos.
"Estos resultados no revelaron ningún aumento significativo en el riesgo de cáncer", dijo Andersen. Tampoco hallaron una asociación entre los medicamentos y ningún cáncer en un lugar específico.
Pero los autores anotaron que el seguimiento de los pacientes tratados con los medicamentos duró unos cuatro años, lo que imposibilita afirmar si tendrían un aumento en el riesgo de cáncer a largo plazo.
Braiteh cree que el riesgo de cáncer no aumenta cuando se usan los medicamentos anti TNF-a, porque los riesgos de cáncer se intercambian y se cancelan entre sí.
Fuente: Hola Doctor
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