Un fuerte silbido alertó a la mujer vestida de enfermera.Rápidamente se acercó al aparato médico y apagó el sonido que había hecho abrir con notable emoción los ojos verdes de un apuesto joven que descansaba en una camilla hospitalaria.“Joel, por hoy hemos terminado, solo vamos a limpiar tu vena”, dijo con voz suave la mujer, mientras desconectaba del aparato la guía transparente que llegaba hasta la blanca y tersa mano del joven.

Segundos después, el pálido rostro de su paciente reflejó un momento de dolor que pretendió ocultar con un apretón en su brazo derecho. Con notable angustia la madre, doña María Auxiliadora Betancur, una mujer sencilla, de ropas humildes, colocó su mano sobre la pierna de su “pequeño” con el fin de consolar y acompañar los minutos de dolor de su hijo mayor.

Escenas similares a esta son las que desde agosto del año 2013 han acompañado a Joel Betancur (25) y su madre quien, como un ángel inseparable, ha estado en los procesos de quimioterapia que el también contador público empezó para combatir el cáncer que amenaza con su vida.“Yo empecé a sentir debilidad en mi pierna, no podía subir gradas, vine al médico, me hicieron una resonancia y me salió que tenía un tumor en la parte baja de la columna”, dijo.

Con voz quebrantada por el recuerdo dijo: “Estos es duro, un joven nunca se imagina que va estar en una cama de hospital peleando por vivir”.Cada semana Joel es sometido a un procesos de cuatro ciclos de quimioterapia.“Ha sido difícil, mi mamá siempre ha estado conmigo, las secuelas que da la quimioterapia son horribles, uno desea no estar en estas condiciones”, explicó.“Pero esto ha venido hacerme más dependiente de Dios porque uno cuando es joven cree que es dueño del mundo y de Dios poco se acuerda”, reflexionó.

Apuntó la importancia que tiene el recibir apoyo de su familia en condiciones donde “uno piensa se que se quedar solo”.“Mi familia ha sido una bendición de Dios, tengo una novia que la conocí en esta etapa y también ha sido una bendición, cuando se es paciente con cáncer este apoyo es necesario”, expresó el joven.A Joel, al igual que muchos hondureños en el país, le espera un largo camino con la esperanza de que al final exista la salud que tanto anhelan.Alarma Y es que en los últimos años el cáncer en Honduras ha reflejado un incremento del 10 al 15 por ciento, creando una totalidad de 1,000 casos nuevos cada año.

Según el doctor Jorge Rodríguez, cirujano oncólogo del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS), existen dos tipos de cáncer más frecuentes tanto en la mujer como en el hombre.En el caso de las féminas el cáncer de cérvix es el más diagnosticado, seguido por el de mamas, que contrario a las estadísticas, es el que más se atiende en el IHSS explicó el galeno.Cifras mundiales indican que una de cada ocho mujeres desarrolla cáncer de mama, enfermedad que ocupa el primer lugar en la lista de enfermedades que afectan a la mujer a nivel mundial.

Sin embargo, en la actualidad el 30 por ciento de las mujeres con nódulos tiroideos puede desarrollar cáncer de tiroides, que se ha convertido en otra amenaza frecuente para las damas. Para los hombres se posiciona como el más frecuente el cáncer de colon, cáncer de próstata y de pulmón.Lo grave, indicó Rodríguez, es que el 60 por ciento de los pacientes que acuden a los centros de atención llegan en estadios muy avanzados que pueden llegar a limitar la probabilidad de vida. “Esto continúa siendo un problema, se debe educar a los pacientes e indicarles que la prevención es importante”, manifestó. Cada año los pacientes deben practicarse exámenes clínicos, en el caso de las mujeres la mamografía y la citología, y en el caso de los hombres exámenes anuales como el tacto rectal, ultrasonido prostático y el antígeno prostático.Rodríguez indicó que es necesario que las personas con antecedentes de cáncer en la familia presten más atención a los cambios de salud y realizar los estudios cada año.

Fuente: El heraldo