Australia introdujo hace un año el empaquetado genérico del tabaco, sin marcas ni textos de promoción y con un único formato color verde oliva y un teléfono de ayuda, y desde entonces se ha producido un incremento de las peticiones de ayuda para dejar de fumar que además se ha prolongado en el tiempo.
En concreto, los resultados de un estudio publicado en 'The Medical Journal of Australia' han revelado que estos paquetes están directamente relacionados con el 78 por ciento de las llamadas recibidas por los centros de ayuda territorial un mes después de su lanzamiento.
"Los resultados sugieren que la legislación tiene un impacto positivo inmediato, lo que ayudará a otros países a sentirse más seguros en caso de querer impulsar una medida similar", ha reconocido Jane Young, epidemióloga del Sydney School of Public Health que ha dirigido la investigación.
En marzo de 2006, el Gobierno australiano decidió introducir en los paquetes de tabaco advertencias sanitarias gráficas para disuadir a los fumadores de su consumo, incluyendo imágenes como fotos de pulmones con cáncer u órganos totalmente gangrenados. Pero el año pasado decidieron dar un paso más con la estandarización de las cajetillas.
Con la intención de analizar únicamente el impacto de esta última medida, Young y su equipo analizaron las llamadas realizadas al teléfono de ayuda a la deshabituación tabáquica en Nueva Gales del Sur y Sidney, antes y después de lanzar estos nuevos paquetes.
De este modo, vieron como se pasó de 363 llamadas semanales a 651 un mes después de su llegada al mercado. El estudio también comparó los resultados con el número de llamadas recibidas después de incluir las advertencias en 2006 y vieron que entonces se pasó de 910 llamadas semanales a 1.653 12 semanas después, un aumento del 84 por ciento.
Sin embargo, el efecto de las advertencias gráficas sólo duró una media de 20 semanas mientras que, en cambio, el efecto de los paquetes de tabaco genéricos ha sido más sostenido y se ha mantenido hasta las 43 semanas.
Además, los investigadores también ajustaron sus resultados teniendo en cuenta otros posibles efectos que podrían incitar a querer dejar de fumar, como el precio, la limitación de su consumo en determinados lugares o públicos o la presencia de menos puntos de venta.
Fuente: infosalus