Hace pocos días, el consejero delegado de Bayer hablaba en público de que su compañía no desarrolla antitumorales para el mercado indio, sino para los pacientes occidentales que se lo pueden permitir. Pues bien, el señor Dekkers y su compañía van a tener que replantearse sus planes de negocio a medio plazo, porque es en India y en muchos países ahora en desarrollo donde más casos de cáncer se van a diagnosticar en los próximos años. De hecho, el 60% de los diagnósticos se dan ya en la actualidad en África, Asia y América Central y del Sur.
Que el cáncer no es sólo una enfermedad de ricos, como puede creer el señor Dekkers, no es ninguna sorpresa para los especialistas, que hace tiempo que vienen advirtiendo de la carga que representa la enfermedad en los países con pocos recursos.
El problema, según alerta el Informe Mundial del Cáncer que se acaba de dar a conocer en Londres, es que en estos escenarios los tumores de la pobreza, causados por infecciones ya domesticadas en el Primer Mundo (como el virus del papiloma, la hepatitis C o el Epstein Barr), su suman a los tumores de la riqueza, causados por la creciente expansión de hábitos de vida occidental, como el tabaco o la obesidad.
No es pues extraño que un 60% de los diagnósticos se den ya en África, Asia y América Central y de Sur, donde se acumulan también un 70% de las muertes por culpa del cáncer.
Avance
Si los diagnósticos de cáncer prosiguen su ritmo actual, imparable pese a todos los avances, en las próximas dos décadas el número de casos podría pasar de los 12,7 que hubo en 2008 a casi 25 millones anuales. Es la pesimista predicción de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su informe anual sobre esta enfermedad que, pese a todo, sigue teniendo un pronóstico mucho más halagüeño que hace unos años.
La OMS utiliza los datos más recientes a su alcance -los del prestigioso informe GLOBOCAN- para trazar una fotografía lo más actual posible del cáncer en el mundo. Esa fotografía habla de 14 millones de nuevos casos diagnosticados en 2012 (215.000 en España ) y casi ocho millones de fallecimientos debidos a este diagnóstico. En varones, los tumores más habituales siguen siendo pulmón (16,7% del total), próstata (15%), colorrectal (10%), estómago (8,5%) e hígado (7,5%). En mujeres en cambio, la lista la encabezan los tumores de mama (que representan uno de cada cuatro), colon (9%), pulmón (8,7%), cérvix (8%) y estómago (4,8%).
Sin embargo, estas clasificaciones no son homogéneas en todos los continentes. De hecho, alerta el trabajo, en los países llamados de transición epidemiológica, como India o Brasil, se aprecia todavía una incidencia significativa de tumores de estómago, esófago e hígado; mientras que en las zonas con menos recursos, el cáncer de cuello de útero sigue siendo el más habitual en las mujeres.
Desgraciadamente, admite el informe, la experiencia de cada paciente individual ante este diagnóstico depende en gran medida del lugar en el que vive; siendo en los países pobres donde se produce un diagnóstico más tardío, un menor acceso a cuidados paliativos y una mayor tasa de mortalidad. "Pero incluso dentro de países desarrollados", advierten los expertos, "se aprecian desigualdades entre distintas comunidades".
Como recuerda el coordinador del informe, Christopher Wild, director de la Agencia Internacional contra el Cáncer (IARC), los Kalenji -una tribu del norte de Kenia- tienen un dicho que reza así: 'Intenta apagar el fuego mientras es pequeño'. "Nosotros debemos tratar de adoptar el mismo idioma para la prevención del cáncer. Teniendo en cuenta que desde la segunda mitad del pasado siglo se han centrado grandes esfuerzos en conocer las causas del cáncer, ahora sabemos que más del 50% de los tumores se podrían prevenir".
"Nos podemos imaginar el interés que seguiría al anuncio de un tratamiento capaz de curar la mitad de los casos de cáncer. Pues la prevención de ese 50% debe marcar en buena manera los planes de control de la enfermedad para desafiar estas negras estadísticas", concluye.
Fuente: el mundo
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