Vive radicado en Los Ángeles, Estados Unidos pero por sus venas corre sangre costarricense y ahora su nombre resuena en revistas de medicina ya que desarrolló una vacuna contra el cáncer más agresivo que existe: el de Páncreas.
Christian Marín Muller partió muy joven para Estados Unidos donde se graduó como biólogo molecular, rama de la ciencia asociada a la clonación.
Su sed de ciencia y descubrimiento lo llevó a buscar una posible cura para el cáncer de páncreas que, como se sabe, es el más agresivo de todos, con un porcentaje de mortalidad de alrededor del 98%.
Christian, solo 33 años, presentó recientemente su tesis para optar por su doctorado en una Universidad Baylor de Medicina, en Texas.
La investigación que llevó a cabo con otros de sus compañeros, determinó que la clave para detener el crecimiento y la propagación del cáncer de páncreas es posible. Sus hallazgos revelan un objetivo de tratamiento que, al tratarse en el entorno de laboratorio, reduce los tumores y los hace más susceptibles a la quimioterapia.
La patente de la vacuna está en proceso y ésta servirá para tratar el mal.
“Para mí la publicación de este estudio y la patente es la culminación de cinco años de arduo trabajo, y por lo tanto un éxito personal. Pero más importante es el saber que he podido contribuir a nivel mundial al conocimiento de los mecanismos que causan una de nuestras peores enfermedades, y que ahora hay una nueva munición en el arsenal contra el cáncer. Y, siendo Tico me enorgullece tener la oportunidad de darle reconocimiento a Costa Rica con un logro médico importante”, expresó Marín a crhoy.com.
Las células normales del cuerpo tienen muy altos niveles de miR-198, una molécula de la clase llamada micro-ARN, que ataca a varias proteínas cancerosas antes de que lleguen a un mayor desarrollo. Sin embargo, en los tumores, el miR-198 desaparece por completo, y el control de estas otras proteínas se pierde. Por eso crecen rápidamente y se esparcen por el cuerpo.
Los pacientes que pierden la molécula por completo, viven en promedio solamente 15 meses, mientras que los pacientes que todavía mantienen un bajo nivel de expresión logran sobrevivir 40 meses o más. De esos resultados surgió la idea que miR-198 podría ser un tratamiento terapéutico.
Por este cáncer murió el fundador de Apple, Steve Jobs y el recordado profesor universitario Randy Pausch, a quien se le recuerda por una conmovedora charla en la que expuso lo que el cáncer había llegado a hacer en su vida.
Fuente: crhoy.com