Dice Arkaitz Carracedo (Bilbao, 1980) que los investigadores son 'esos seres de mirada dispersa', que siempre tienen la cabeza en el laboratorio, incluso aunque no estén allí físicamente. Esa pasión por lo que hace seguramente ha influido en los 1,5 millones de euros que acaba de recibir de la Unión Europea destinados a proyectos de jóvenes investigadores. "Es una manera de recompensar el esfuerzo, pero no lo veo sólo como un premio al mérito, sino como una cuestión de suerte", admite con humildad.
Él es uno de los 14 españoles (sólo cuatro en el ámbito de ciencias de la salud) que acaba de recibir una de las 108 prestigiosas ERC Starting Grant, destinadas a consolidar los laboratorios dirigidos por jóvenes investigadores. Es el caso de Carracedo, con siete personas a su cargo en el centro CIC bioGUNE del País Vasco.
El millón y medio que le acaba de otorgar el Consejo Europeo de Investigación (ERC según sus siglas en inglés) le permitirá durante los próximos cinco años estudiar la relación que tiene el cáncer con la nutrición. Y lo que es más inusitado en estos tiempos en la ciencia española, "contratar personal; esperamos pasar de siete a unas 12 personas", afirma.
Hasta llegar aquí, este bilbaíno de 33 años ha pasado varios años en la Universidad Complutense de Madrid completando su tesis y cuatro más en EEUU, en el Memorial Sloan Kettering de Nueva York y en la Universidad de Harvard (en Boston). "Yo soy consciente de que en la ciencia hay una especie de selección natural, en la que no sólo cuentan los méritos, sino estar en el lugar adecuado en el momento apropiado. Siendo bueno, las posibilidades de progresar dependen de muchos factores, y sé que he dejado atrás a gente muy formada". Por eso, estos días recibe las llamadas de quienes no sólo quieren darle la enhorabuena, sino de los que le piden que se acuerde de ellos, bromea Carracedo, que además de una plaza a tiempo parcial en la Universidad del País Vasco cuenta con financiación de los programas Ramón y Cajal e Ikerbasque (un programa que pretende facilitar el retorno de investigadores a esta comunidad).
Las ERC han recibido más de 1.700 solicitudes para esta convocatoria 2013, que pretende dar un impulso definitivo a la consolidación de laboratorios liderados por jóvenes científicos (que hayan realizado su tesis hace menos de siete años). "A diferencia de otras iniciativas, como las del ministerio o el Instituto Carlos III, estas ERC prácticamente te financian el laboratorio", aclara Carracedo. "En mi caso, la beca financia el 70% de lo que hago". Para entender las dimensiones de la cuantía, añade, hay que resaltar que un proyecto medio nacional puede recibir unos 150.000-200.000 euros para un plazo de tres años.
"Es un dinero que te permite dar un salto cualitativo en las preguntas que te planteas y en cómo las puedes responder", señala el joven bilbaíno. En su caso, la inversión le permitirá seguir indagando en los nutrientes que 'prefiere' el cáncer de próstata para seguir alimentando a sus células tumorales. Para ello, trabajarán tanto con líneas celulares y animales de laboratorio, como en colaboración con el servicio de Urología del Hospital de Basurto mediante un ensayo con pacientes ya diagnosticados. "Yo he intentado hacer aquí lo que vi en EEUU, la colaboración entre centros de investigación y hospitales, y para ello he tenido la suerte de contar con el jefe de Urología de Basurto, Miguel Unda, que además de ver pacientes le gusta la investigación y ha apoyado mucho este proyecto", destaca Carracedo.
Concretamente, el proyecto sobre los requerimientos metabólicos del cáncer de próstata pretende entender la relación entre la obesidad y esta enfermedad, pero también identificar posibles marcadores de detección precoz en la orina y, más adelante, pensar en posibles nuevos tratamientos para este tumor, que representa el 13,5% de los diagnósticos de cáncer en hombres. "Normalmente, las células utilizan los nutrientes que ingerimos como energía o bien los acumulan y engordamos", señala Carracedo. Sin embargo, "la célula tumoral altera todo ese mecanismo y lo redirige a producir más células, es decir, no utiliza la leña para calentar la casa, sino para fabricar más casas".
En los próximos 60 meses, Carracedo dedicará todo su empeño a desentrañar esta relación. El poco tiempo que le deje libre el laboratorio, confiesa a ELMUNDO.es, se lo dedicará a su familia y a la fotografía; "es la maldición del investigador, siempre tienes la cabeza dando vueltas".
Los otros 13 becados en España son: Vasco Carvalho (CREi), Manuel Franco (Universidad de Alcalá de Henares), Manuel González-Guerrero (Universidad Politécnica de Madrid), Ilya Kazachkov (Universidad del País Vasco), Fyodor Kondrashov (CRG), Melike Lakadmyali (Instituto de Ciencias Fotónicas), Iván López Montero (Universidad Complutense), Nadia Mercader Huber (CNIC), Daniel Peralta Salas (CSIC), Juan Daniel Prades (Universidad de Barcelona), Juan Rojo (Universidad de Barcelona) Pietro Tierno (Universidad de Barcelona) y Mariola Tortosa (Universidad Autónoma de Madrid)
Fuente: elmundo.es
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