Mucho se ha hablado del consumo de alcohol y su vinculación con el cáncer. Un nuevo estudio viene a constatar esta relación pero concretando el riesgo con el momento de la ingesta. Si se bebe antes del primer embarazo, la probabilidad de tener cáncer de mama aumenta un 34% en comparación con aquellas mujeres que optan por bebidas no alcohólicas.
El estudio, cuyos datos se han publicado en la revista 'Journal of the National Cancer Institute', no sólo ha establecido el vínculo entre la ingesta de alcohol con el cáncer de mama sino también con el riesgo de tener otro problema, una enfermedad benigna de mama, independientemente del consumo alcohólico que se realice después de la primera gestación.
Estudios previos han demostrado que el alcohol consumido en el último año afecta al riesgo de cáncer de mama de una mujer, pero no existen datos sobre la relación entre la ingesta de bebidas alcohólicas durante el periodo de tiempo entre el primera menstruación de la mujer y su primer embarazo con esta enfermedad, a pesar de que el tejido mamario es particularmente susceptible a agentes carcinógenos durante ese espacio temporal.
Ying Liu, de la Escuela de Medicina de Universidad de Washington en St. Louis, Estados Unidos, y sus colegas analizaron datos de 116.671 enfermeras, con edades entre 25 y 44 años, sobre su historia médica, reproductiva, y estilo de vida, gracias a cuestionarios como parte del Estudio de Salud de las Enfermeras II (NHSII).
Se obtuvieron los datos sobre su consumo de alcohol en cuatro periodos de edad preguntando a las participantes sobre el número total de bebidas alcohólicas que consumían en las diferentes edades: de 15 a 17 años; de 18 a 22, de 23 a 30 y de 31 a 40. Después de excluir a las mujeres que no cumplían los criterios del estudio predeterminados, se incluyó en el análisis final a un total de 91.005 mujeres que habían tenido al menos un embarazo a término.
Entre las mujeres seleccionadas para la investigación, se registraron 1.609 casos de cáncer de mama y 970 casos de BBD durante el periodo de estudio, que fueron confirmados por los médicos que revisaron la información de las historias clínicas de cada paciente.
El consumo de alcohol que había realizado la mujer hasta su primer embarazo se asoció con el riesgo de cáncer de mama y BBD proliferativa, independientemente de la bebida que hubera tomado después de ese embarazo. Los datos indicaron una relación dependiente de la dosis, lo que significa que cuanto más alcohol toma una mujer durante ese tiempo, mayor es la probabilidad de desarrollar cáncer de mama. De esta manera, tomar 10 gramos de alcohol al día se vinculó con un aumento del riesgo de cáncer del 11%, mientras que las mujeres que tomaron al menos 15 gramos diarios de alcohol (aproximadamente dos unidades o medio vaso de vino) su riesgo fue del 34%.
Los investigadores también informan que beber alcohol después del primer embarazo se asoció con riesgo de cáncer de mama, pero no de BBD. Por otra parte, se constató que retrasar la maternidad o no tener hijos se vincula con una probabilidad más alta de desarrollar este tumor.
"La consistencia general de los patrones de asociación entre el alcohol y el riesgo de BBD proliferativa y cáncer de mama apoya la hipótesis de que la ingesta de alcohol, especialmente antes del primer embarazo, cuando es probable que el tejido de mama esté en su etapa más vulnerable, puede jugar un papel importante en la etiología del cáncer de mama", concluyen los investigadores.
Fuente: elmundo.es