La evolución del tratamiento del retinoblastoma en los últimos 15 años ha dado lugar a una mayor probabilidad de preservar la visión sin comprometer la supervivencia, según una investigación publicada hoy en la 21ª Reunión Anual de la Sociedad de Cirugía Neurointervencionista (SNIS).
El retinoblastoma, un cáncer ocular poco frecuente que afecta a los niños pequeños, conlleva un riesgo de deterioro de la visión y extirpación de uno o ambos ojos. Es mortal si no se trata.
El estudio, «Avances en la cateterización superselectiva y la selección de fármacos para la quimioterapia intraarterial del retinoblastoma: una evolución de 15 años», revisó cómo los niños recibían quimioterapia intraarterial (CAI), la norma de oro para tratar el retinoblastoma, administrando la quimioterapia directamente en el ojo afectado. El uso de la CAI ayuda a minimizar la necesidad de extirpar el ojo afectado del paciente y maximiza su capacidad para ver después del tratamiento, así como su potencial para sobrevivir al cáncer.
El equipo de investigación -compuesto por neurointervencionistas del New York-Presbyterian Hospital/Weill Cornell Medicine y oncólogos oftalmólogos del Memorial Sloan Kettering Cancer Center- revisó los historiales médicos de 571 pacientes separados en tres cohortes con cinco años de diferencia. Los datos se evaluaron para determinar cómo han evolucionado con el tiempo las vías de acceso vascular a la arteria oftálmica, cuántos pacientes han tenido complicaciones derivadas del procedimiento y qué combinaciones de fármacos de quimioterapia han recibido los pacientes. Los investigadores descubrieron que, de un total de 2.402 sesiones de CAI intentadas, 2.391 (99,5%) tuvieron éxito. Las tasas de éxito de los cateterismos superselectivos, en los que se cateterizó directamente la arteria oftálmica, también han mejorado con el tiempo; el 80% de los primeros procedimientos tuvieron éxito frente al 89,2% de los procedimientos más recientes.
Las tasas de complicaciones de los procedimientos se mantuvieron muy bajas a lo largo del tiempo, con un 0,7% en la cohorte más temprana, un 1,1% en la cohorte intermedia y un 0,6% en la cohorte más reciente. Además, los investigadores descubrieron que cada vez más niños han recibido con éxito una combinación de tres quimioterapias, desde el 21% de la cohorte más temprana hasta el 66,7% de la cohorte más reciente. Por último, los autores propusieron un algoritmo escalonado para ayudar a otros a maximizar el acceso vascular directo a la arteria oftálmica.
«Estamos orgullosos de compartir nuestra historia de éxitos continuos en el uso de este método mínimamente invasivo para atender a algunos de nuestros pacientes oncológicos más jóvenes», declaró Gary Kocharian, MD, jefe de residentes de neurocirugía y becario de neurocirugía endovascular del New York-Presbyterian Hospital.
"Dar a los niños la oportunidad tanto de conservar la vista como de vencer esta enfermedad cambia la vida de familias de todo el mundo. Estamos deseando ver qué innovaciones se realizan en los próximos 15 años», afirmó el doctor Y. Pierre Gobin, uno de los primeros pioneros de este revolucionario procedimiento.
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