Las técnicas de reproducción asistida (TRA) en mujeres jóvenes con genes de alto riesgo que han sobrevivido a un cáncer de mama no aumentan el riesgo de recurrencia del cáncer ni afectan negativamente a los embarazos y bebés resultantes, según muestran los resultados de un estudio global presentado en ESMO Breast Cancer 2024.
«Este estudio proporciona la primera prueba de que el uso de procedimientos de fertilidad es seguro en mujeres jóvenes con variantes patogénicas/probablemente patogénicas de la línea germinal en los genes BRCA1 o BRCA2, que se sabe que aumentan los riesgos de desarrollar cáncer de mama y otros tipos de cáncer», afirmó Matteo Lambertini, profesor asociado y consultor en oncología médica de la Universidad de Génova y del Hospital IRCCS Policlínico San Martino de Génova (Italia), que presentará el estudio.
«Los resultados aportan pruebas tranquilizadoras para que estas mujeres y sus médicos las tengan en cuenta a la hora de discutir los riesgos y beneficios del uso de TRA para preservar sus posibilidades de tener un bebé tras la finalización de las terapias contra el cáncer», sugiere.
La fertilidad es una de las principales preocupaciones de las mujeres que desarrollan un cáncer de mama a una edad temprana, antes de haber tenido hijos, porque el tratamiento puede detener el funcionamiento de los ovarios y desencadenar la menopausia.
Una forma en que una mujer puede preservar su fertilidad es congelar ovocitos (óvulos) o embriones antes de iniciar el tratamiento del cáncer de mama.
Estas técnicas suelen implicar el uso de fármacos para la fertilidad con el fin de estimular los ovarios para que produzcan óvulos, pero esto aumenta los niveles de la hormona estrógeno.
«Anteriormente nos preocupaba que el aumento de los niveles hormonales para las técnicas de preservación de la fertilidad antes de iniciar el tratamiento del cáncer de mama pudiera aumentar el riesgo de recurrencia del cáncer en el futuro. La preocupación ha sido aún mayor en las mujeres con variantes patogénicas en los genes BRCA debido a su mayor riesgo de cáncer de mama y otros tipos de cáncer. Por ello, las estrategias para preservar la fertilidad a menudo ni siquiera se discutían con estas pacientes", explicó Lambertini.
«Este fue el principal motivo de nuestro estudio: aportar pruebas sobre si los tratamientos de fertilidad son seguros o no en pacientes con cáncer de mama y, en concreto, en aquellas con variantes patogénicas en los genes BRCA».
«A la luz de estos resultados, ahora, cuando asesoremos a una mujer joven con cáncer de mama que presente dichas variantes, podremos hablar con seguridad del uso de la preservación de la fertilidad antes de iniciar el tratamiento, sin mayor preocupación», añadió Lambertini, quien propuso que estos hallazgos tendrán implicaciones inmediatas para la práctica clínica.
El nuevo estudio analizó los datos de casi 5000 mujeres con variantes patogénicas BRCA1/2 a las que se diagnosticó un cáncer de mama de 40 años o menos en 78 centros oncológicos de todo el mundo entre 2000 y 2020.
Los investigadores compararon el riesgo de recurrencia del cáncer de mama en 107 de estas mujeres que tuvieron un embarazo mediante TRA con 436 que concibieron de forma natural.
Los resultados no mostraron diferencias significativas en la recurrencia del cáncer de mama en las mujeres que se sometieron a TRA en comparación con las que tuvieron un bebé sin TRA, después de hacerles un seguimiento durante una media de algo más de 5 años tras la concepción.
El estudio tampoco mostró diferencias estadísticamente significativas en las complicaciones del embarazo, aunque las mujeres que concibieron con TRA tuvieron más abortos espontáneos y menos inducidos que las que concibieron de forma natural, ni en los bebés nacidos de estas mujeres.
«El principal mensaje para llevar a casa de este estudio es que no hay un mayor riesgo de recurrencia del cáncer de mama con las técnicas de reproducción asistida en mujeres jóvenes con variantes patogénicas BRCA que tienen un embarazo después de un cáncer de mama. También descubrimos que estos procedimientos son seguros para el bebé: tener un embarazo con el uso de procedimientos de fertilidad no aumenta el riesgo de complicaciones", afirmó Lambertini.
Reconoció que el número de mujeres de los grupos de estudio puede parecer pequeño, pero señaló que sólo el 5-6% de todos los casos de cáncer de mama se dan en mujeres jóvenes menores de 40 años y, de ellas, alrededor de una de cada seis tiene variantes patogénicas BRCA.
«Reunimos centros de todo el mundo para recopilar datos sobre este grupo único de pacientes», explicó.
«Estos hallazgos añaden información realmente tranquilizadora para este subgrupo de pacientes jóvenes con cáncer de mama», coincidió Ann Partridge, catedrática de Medicina de la Facultad de Medicina de Harvard y vicepresidenta de Oncología Médica del Instituto Oncológico Dana-Farber y el Hospital Brigham and Women's de Boston (EE UU), coautora del estudio.
Y añadió: «Siempre nos preocupan un poco más las pacientes con variantes patogénicas BRCA, porque no sólo tienen un riesgo de recurrencia como todas las pacientes con cáncer de mama, sino que también tienen un riesgo mayor de padecer un nuevo cáncer no relacionado con el cáncer de mama original.»
El Dr. Partridge consideró que el estudio proporciona información muy útil para que los médicos hablen con las mujeres jóvenes con cáncer de mama en fase inicial y una variante BRCA1/2 para ayudarlas a tomar decisiones sobre los tratamientos de fertilidad.
«Estos nuevos datos aportan pruebas tranquilizadoras de que optar por la preservación de la fertilidad antes de someterse al tratamiento del cáncer de mama o utilizar los productos de la preservación de la fertilidad (óvulos o embriones) o someterse a la preservación de la fertilidad después de sobrevivir al cáncer de mama, todo parece ser seguro desde el punto de vista oncológico y en cuanto al pronóstico del bebé», afirmó.
La Dra. Partridge añadió que existe una razón adicional por la que las mujeres jóvenes con cáncer de mama BRCA1/2 pueden querer utilizar las TRA, además de superar la infertilidad.
«Estas mujeres podrían querer utilizar las TRA para el diagnóstico genético preimplantacional con el fin de seleccionar embriones que no sean portadores de los mismos genes de riesgo para evitar transmitir un riesgo potencial de cáncer de mama hereditario a la siguiente generación».
Fuente: Sociedad Europea de Oncología Médica
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