En los últimos años se ha generalizado el uso de paneles de secuenciación genómica en el tratamiento del cáncer.
Se trata de pruebas que buscan en el ADN del tumor del paciente variantes genéticas para las que se conocen fármacos validados, lo que hace que el tratamiento sea más personalizado y, por tanto, más eficaz.
Forman parte de lo que se conoce como oncología de precisión.
Pero un estudio de la Unidad de Investigación Clínica en Cáncer de Mama del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), dirigido por Miguel Ángel Quintela, demuestra que los paneles de secuenciación genómica, tal y como se utilizan actualmente en la práctica clínica, sólo son útiles en el 5% de las pacientes (una de cada 20).
La razón principal es que los criterios clínicos que recomiendan el uso de este tipo de pruebas sólo se han seguido en el 40% de los casos.
En 2020, el grupo de Quintela publicó una revisión de la situación actual y propuso una guía para la aplicación de estos paneles de secuenciación genómica.
En el trabajo actual, publicado en la revista eClinicalMedicine del grupo The Lancet, los investigadores han ido más allá, analizando los casos de 139 pacientes de dos hospitales madrileños (Hospital Universitario de La Princesa y Hospital Universitario Quirónsalud Madrid).
Los resultados muestran que la tasa de supervivencia fue significativamente mayor en los pacientes en los que se utilizaron los paneles de acuerdo con los criterios clínicos especificados en las guías.
El uso de estos paneles estaría recomendado en pacientes con cáncer de pulmón metastásico, cáncer de colon o melanoma candidatos a tratamiento de primera línea.
En estos tumores, existen múltiples variantes genéticas para las que hay un fármaco que puede utilizarse como tratamiento, por lo que es más eficiente realizar una prueba global que analizar cada variante individualmente.
Los paneles también serían útiles para pacientes que van a formar parte de un ensayo clínico, para pacientes con tumores raros para los que no existe un estándar claro, y para tumores que responden de forma muy diferente a lo esperado -muy buenas respuestas en tumores que normalmente no reaccionan, o al revés-, ya que en estos casos es posible encontrar nuevas asociaciones entre variantes genéticas y respuestas a fármacos.
El uso de estos paneles siguiendo los criterios clínicos recomendados aumenta la eficacia de los tratamientos y la supervivencia de los pacientes.
Por el contrario, los paneles no se recomiendan para tumores que progresan muy rápidamente, para cánceres para los que ya existe una opción de tratamiento estándar que no requiere un perfil genómico completo o para pacientes con una esperanza de vida corta.
Es difícil extrapolar los resultados de los ensayos clínicos a lo que podría ocurrir en pacientes reales debido a la mayor heterogeneidad de la vida real.
Por este motivo, la evidencia del mundo real, o el análisis de casos reales, ha cobrado cada vez más importancia en los últimos años.
Para reducir esta heterogeneidad, todos los pacientes de este estudio fueron analizados con el mismo tipo de panel que analiza unos 300 genes tumorales.
Según los resultados, en los casos en los que la prueba no era adecuada, no fue posible cambiar el resultado clínico que habrían experimentado los pacientes de no haberse realizado la prueba.
Por tanto, este tipo de estudios son importantes para conocer mejor la eficacia de determinadas pruebas o tratamientos fuera de los ensayos clínicos, o para evaluar los riesgos/beneficios de ofrecerlos a los pacientes, entre otros.
Tanto los paneles de secuenciación genética como los tratamientos posteriores son caros.
Ninguno de los dos está financiado actualmente por el sistema sanitario público español, ni suelen estar cubiertos por los seguros privados.
Por ello, es importante determinar si estas pruebas son útiles o no, no sólo para evitar costes económicos, sino también para no perder tiempo, que puede ser crítico para el paciente.
"La espera de los resultados puede durar hasta seis semanas. Durante este tiempo, se puede dar al paciente una falsa esperanza de curación y retrasar el inicio de otro tratamiento o la incorporación a un ensayo clínico", señala Quintela.
Según los autores del estudio, es importante que los profesionales sanitarios dispongan de recomendaciones en las que basar sus decisiones clínicas.
Sin embargo, advierten de que cada caso es único y siempre habrá excepciones en las que se realice la prueba aunque la situación del paciente no esté entre las recomendadas por estas guías.
"Esperamos que nuestros resultados tengan una relevancia clínica real para los clínicos en ejercicio que soliciten [estas pruebas] para pacientes con cáncer [...] En el futuro, debería establecerse un juicio clínico categorizado antes de solicitar las pruebas [del panel de secuenciación genómica], y las pruebas deberían realizarse preferentemente en pacientes con cánceres avanzados que necesiten de forma rutinaria múltiples marcadores genéticos, pacientes con cánceres raros avanzados o pacientes que sean seleccionados para ensayos clínicos moleculares", concluyen los autores en su estudio.
Artículo: Utilidad y resultados en el mundo real de las pruebas de secuenciación de nueva generación en pacientes con cáncer: un estudio observacional sobre el impacto de la selección basada en el juicio clínico
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