Según un estudio dirigido por el Centro Oncológico Integral Roswell Park, las pacientes con cáncer de mama de alto riesgo que más estrechamente siguieron las directrices de prevención del cáncer publicadas por el Instituto Americano de Investigación Oncológica (AICR) y la Sociedad Americana del Cáncer (ACS) antes, durante y después de la quimioterapia experimentaron una reducción del 37% en el riesgo de recurrencia de la enfermedad y del 58% en el riesgo de muerte.
Los investigadores esperan que la información pueda utilizarse para educar a los pacientes sobre las formas en que podrían mejorar sus propios resultados incluso después del diagnóstico.
Rikki Cannioto, PhD, EdD, MS, del Departamento de Prevención y Control del Cáncer de Roswell Park, fue la primera autora de "Adherencia a las recomendaciones de estilo de vida para la prevención del cáncer antes, durante y 2 años después del tratamiento del cáncer de mama de alto riesgo: Associations with disease recurrence and mortality", publicado hoy en JAMA Network Open. En el estudio han participado investigadores de 11 instituciones.
El Dr. Cannioto afirma que tanto la AICR como la ACS publican y actualizan periódicamente directrices para la prevención del cáncer basadas en factores modificables del estilo de vida, entre ellos:
No fumar.
Comer una gran variedad de frutas y verduras, así como cereales integrales.
Mantener un peso corporal saludable.
Mantenerse físicamente activo.
Limitar o evitar el consumo de alcohol.
Limite o evite el consumo de bebidas azucaradas.
Limitar o evitar el consumo de carnes rojas y procesadas.
"La bibliografía sugiere que todos estos factores están relacionados con el riesgo de cáncer, pero hasta ahora no sabíamos si también estaban relacionados con la mejora de los resultados de supervivencia en personas que ya tienen cáncer", explica la Dra. Cannioto.
Ella y sus colegas creen que su investigación es la primera que establece esa relación en mujeres con cáncer de mama de alto riesgo.
Seguimiento de los hábitos de vida a lo largo del tiempo
Su investigación surgió a partir de un estudio prospectivo anterior, el estudio Dieta, Ejercicio, Estilos de Vida y Pronóstico del Cáncer (DELCap), que examinó cómo afectaban los suplementos dietéticos a los resultados en pacientes con cáncer de mama de alto riesgo sometidas a quimioterapia. Christine Ambrosone, Doctora, Profesora Distinguida y Vicepresidenta Senior de Ciencias de la Población y Presidenta del Departamento de Prevención y Control del Cáncer, fue la investigadora principal de ese ensayo clínico de grupo cooperativo, en el que se interrogó a las pacientes sobre sus factores modificables de estilo de vida en cuatro momentos distintos: antes y durante el tratamiento, y uno y dos años después de finalizarlo.
A efectos del ensayo clínico, el cáncer de mama de alto riesgo en estadio inicial se definió como un cáncer de mama con alto riesgo de recurrencia: entre los estadios 1 y 3 en el momento del diagnóstico, con células cancerosas detectadas en los ganglios linfáticos; y un tumor primario de 2 cm. o más, o cualquier tumor de 1 cm. o más que fuera negativo para receptores hormonales, o cualquier tumor de 1 cm. o más que fuera positivo para receptores hormonales con una puntuación de recurrencia de 21 genes de 26 o más.
La puntuación de recurrencia de 21 genes se basa en la expresión de 21 genes relacionados con el cáncer detectados en muestras tumorales previas al tratamiento.
La Dra. Cannioto aprovechó los datos de ese estudio para averiguar si el cumplimiento de los estilos de vida de prevención del cáncer podía afectar también a la recurrencia y la supervivencia.
Utilizando un Índice de Puntuación del Estilo de Vida (LIS, por sus siglas en inglés) derivado de las recomendaciones de estandarización desarrolladas por un grupo de trabajo de científicos del Instituto Nacional del Cáncer, ella y sus colegas asignaron puntos a las respuestas de los pacientes en relación con cada uno de los siete factores modificables del estilo de vida: 1 punto para la adherencia fuerte, medio punto para la adherencia parcial y cero para la no adherencia.
La suma de los puntos de los siete factores dio como resultado puntuaciones globales del LIS que oscilaban entre un 7 perfecto y un cero.
El primer cuestionario, administrado antes del inicio del tratamiento, fue cumplimentado por 1.340 participantes, a los que se preguntó en qué medida cumplían los siete factores del estilo de vida antes de su diagnóstico.
En el momento de la inscripción, el participante medio tenía 51 años.
La mayoría eran blancas no hispanas (83,7%) y se les había diagnosticado cáncer de mama con receptores hormonales positivos (65,3%).
Ninguna paciente había recibido quimioterapia previamente.
Beneficios incluso en los cánceres de mama más agresivos
Los investigadores observaron que el menor riesgo de recidiva y mortalidad se observaba sistemáticamente entre las participantes con un LIS más alto, incluso entre las que padecían subtipos de cáncer de mama más agresivos.
El Dr. Cannioto afirma: "El hecho de que estos factores modificables del estilo de vida se asociaran a un menor riesgo de recurrencia de la enfermedad en pacientes con cáncer de mama de alto riesgo tiene importantes implicaciones clínicas."
Para centrarse en la contribución de cada uno de los siete estilos de vida, el bioestadístico del grupo de investigación extrajo la puntuación de un comportamiento cada vez del LIS global para determinar su relación con la recurrencia de la enfermedad y la mortalidad, explica el Dr. Cannioto.
"Los dos factores que más contribuyeron a la relación entre el LIS y la mejora de los resultados fueron la mayor adherencia a la recomendación de fumar y la actividad física".
"La mayor adherencia a la recomendación sobre frutas y verduras y bebidas azucaradas también contribuyó a disminuir el riesgo tanto de recurrencia como de mortalidad. En el caso de la mayor adherencia a la recomendación sobre carnes rojas y procesadas, observamos una asociación significativa de disminución del riesgo sólo para la mortalidad."
Preguntar a los pacientes sobre su estilo de vida en cuatro momentos distintos es un aspecto único del estudio.
"La mayoría de los estudios que analizan los factores que influyen en los resultados del tratamiento consultan a los pacientes sólo en el momento del diagnóstico", dice el Dr. Ambrosone.
"Muy pocos recogen datos a lo largo de todas las etapas de la supervivencia".
"Este estudio aporta datos excelentes que demuestran que, aunque los pacientes no tengan estos comportamientos positivos durante el tratamiento, lo que hacen antes y después del mismo sigue marcando una diferencia importante en sus resultados", concluye el Dr. Ambrosone.
"Nuestros hallazgos apoyan los esfuerzos por trabajar con los pacientes para fomentar comportamientos de estilo de vida saludables con el fin de mejorar los resultados del cáncer."
Fuente: Roswell Park Comprehens
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