El desarrollo de inmunoterapias contra el cáncer de sangre podría tener más éxito si las células T se activan de forma moderada y no excesiva.
Científicos del Centro Alemán de Investigación del Cáncer han logrado demostrarlo en ratones: Si los investigadores bloqueaban una citoquina que ralentiza el sistema inmunitario, las células T se agotaban y fracasaban en la lucha contra la leucemia.
El estudio se ha publicado en la revista Immunity.
Las inmunoterapias se consideran un enfoque prometedor para tratar muchos tipos de cáncer.
Las inmunoterapias más exitosas y utilizadas se dirigen a las llamadas moléculas de punto de control inmunitario, que actúan como frenos naturales del sistema inmunitario.
Los fármacos, también conocidos como "inhibidores de puntos de control", liberan estos frenos para que las células T del sistema inmunitario puedan reconocer y atacar los tumores.
Sin embargo, los inhibidores de puntos de control disponibles hasta la fecha distan mucho de ser eficaces contra todos los tipos de cáncer.
Incluso en la leucemia linfática crónica (LLC), el cáncer de sangre más frecuente en los adultos, esta forma de terapia ha fracasado hasta ahora.
Por ello, el equipo de Martina Seiffert, del Centro Alemán de Investigación del Cáncer (DKFZ), buscaba otras moléculas que actuaran como frenos inmunitarios y que fueran adecuadas como dianas para terapias contra la LLC.
Los investigadores del DKFZ estaban especialmente interesados en el mensajero inmunitario interleucina 10 (IL-10), que está presente en mayores concentraciones en la sangre de los pacientes con LLC que en la de los individuos sanos.
Como se sabe que la IL-10 suprime o ralentiza el sistema inmunitario, los investigadores habían planteado la hipótesis de que la inhibición de la IL-10 podría ayudar a las células T de los pacientes con LLC a atacar y destruir las células leucémicas.
Pero cuando los bloqueadores de la IL-10 se probaron en ratones, los investigadores observaron lo contrario de lo esperado: En los ratones a los que se les habían administrado inhibidores de la IL-10, la enfermedad tuvo un curso más grave que en los animales no tratados.
"Este resultado contradecía el consenso imperante: ¿por qué el bloqueo de un freno inmunitario concreto iba a perjudicar a las propias defensas del organismo?", afirma Bola Hanna, uno de los dos primeros autores de la publicación, para explicar su sorpresa.
En una elaborada búsqueda de las causas, el equipo se dio cuenta de que la inhibición de la IL-10 efectivamente activa las células T, pero en un grado extremo. En respuesta a esta sobreactivación, las células T se agotan y acaban perdiendo su capacidad de combatir el tumor.
"En cierto modo, esto es una lección de "moderación" del sistema inmunitario. Las señales de moderación son fundamentales para evitar que las células inmunitarias se vuelvan completamente locas", explica el autor principal, Seiffert.
Los investigadores se dieron cuenta de que esta función de la IL-10 no es una peculiaridad del sistema inmunitario de los ratones cuando estudiaron a los pacientes con LLC: Cuanto más IL-10 produzcan sus células sanguíneas, más frecuentemente se puede esperar una mayor supervivencia libre de progresión y una mayor supervivencia global.
Los resultados del estudio podrían tener importancia para el desarrollo de nuevas inmunoterapias contra el cáncer.
Mientras que la hipótesis de trabajo hasta ahora ha sido principalmente activar las células T de los pacientes lo más fuerte posible, los resultados actuales refinan esta visión: Muestran que una activación moderada promete el mayor éxito.
Una activación demasiado escasa pondría a las células T en un estado de inercia, mientras que una activación incontrolada las llevaría a la disfunción.
El equipo plantea la hipótesis de que si se desarrollaran nuevas inmunoterapias utilizando este concepto de "moderación", la tasa de éxito y la duración de la respuesta a las inmunoterapias contra el cáncer podrían mejorar significativamente.
Fuente: German Cancer Research Center (Deutsches Krebsforschungszentrum, DKFZ)