Las células cancerosas contienen genomas muy volátiles con frecuentes mutaciones. A veces, una mutación puede dar a una célula cancerosa una ventaja que le permite seguir multiplicándose sin control.
En ciertos casos, un paciente puede responder inicialmente bien a un método de tratamiento, pero el tumor se vuelve después menos sensible a él. Esto se conoce como resistencia adquirida.
En un nuevo artículo publicado en Molecular Therapy: Nucleic Acids, un grupo de investigación de la Universidad Médica y Dental de Tokio (TMDU) ha identificado una molécula de microARN (miARN) que puede ayudar a superar la resistencia en las células de neuroblastoma.
Este miARN, miR-3140-3p, puede atacar y silenciar genes específicos que promueven el cáncer y que contribuyen a alimentar el tumor.
Los miARN recibieron su nombre por su pequeño tamaño, pero pueden tener efectos extremadamente poderosos en la expresión de los genes dentro de la célula. Estas moléculas actúan como un sistema de frenado molecular al impedir que ciertos mensajes genéticos se traduzcan en proteínas.
Recientemente ha cobrado interés la posibilidad de utilizar los miARN como nuevas terapias contra el cáncer. A diferencia de muchos fármacos, los miARN pueden dirigirse a múltiples genes y vías simultáneamente, lo que hace que su impacto sea muy potente. Los trabajos publicados anteriormente por este grupo de la TMDU y otros investigadores sugieren que el miR-3140-3p puede ser un firme candidato a desempeñar una función terapéutica.
"Los resultados de los ensayos clínicos han indicado que muchos tumores sólidos adquieren resistencia a los fármacos conocidos como inhibidores BET, que bloquean un gen llamado BRD4", afirma el autor principal del estudio, Chang Liu.
"Como hemos demostrado que BRD4 es una diana de miR-3140-3p, hemos planteado la hipótesis de que este miRNA podría ayudar a superar la resistencia".
La proteína BRD4 ayuda a activar la expresión de otro gen, MYCN, que suele estar presente en grandes cantidades en el neuroblastoma. En este caso, los investigadores utilizaron experimentos moleculares para demostrar que una proteína conocida como MAP3K3 puede estabilizar la proteína MYCN impidiendo su degradación.
"Este hallazgo fue crucial porque identificó el mecanismo que explica por qué los niveles de MYCN seguían siendo altos en las células resistentes a pesar de haber sido tratadas con los inhibidores de BET", afirma Johji Inazawa, autor principal.
Después de añadir miR-3140-3p a las células tumorales, los niveles de expresión de MYCN, BRD4, MAP3K3 y otras proteínas pro-cáncer disminuyeron significativamente. Además, las tasas de crecimiento de las células tumorales se inhibieron en comparación con las células tratadas con un miRNA de control negativo.
"Descubrimos que miR-3140-3p podía dirigirse directamente tanto a BRD4 como a MAP3K3", explica Liu.
"Esto hizo que los niveles de MYCN disminuyeran en estas células aunque fueran resistentes a los inhibidores de BET".
En general, este estudio aporta pruebas interesantes sobre el uso de miRNAs específicos para tratar el cáncer. Dado que miR-3140-3p podía dirigirse a varias vías simultáneamente, fue capaz de superar los obstáculos asociados a la resistencia a los fármacos. Estos resultados ponen de relieve el potencial de miR-3140-3p en el tratamiento del neuroblastoma resistente a los inhibidores BET.