La Familia
Cuando un miembro de la familia es diagnosticado de una enfermedad oncológica, está se precipita en una crisis emocional, asociado no solo a la amenaza de perder a su ser querido y la reaparición del fantasma de inmortalidad del paciente y de su familiar, sino que también afecta profundamente los contextos psicológicos, conductuales, espirituales, sociales y culturales de este sistema. Modificándose sus rutinas diarias, los planes futuros, las significaciones y sentimientos, generando cuestionamientos de lo que fue o pudo ser su vida.
Es por esto, que la unidad a tratar siempre, es el enfermo y su familia, independiente de la edad de quien afronte su enfermedad oncológica, sea este un niño, adolescente, adulto o persona mayor. En la mayoría de las ocasiones el enfermo sufre tanto por la situación de sus familias como por su propia muerte, expresando preocupación por la carga que recaerá sobre ellos y como le harán frente. Por su parte, la familia presenta preocupación por la angustia que aflige al enfermo. Pero en el caso de una red de apoyo escasa, las preocupaciones estarán asociadas a la incertidumbre de no saber quien los cuidara, como es el caso de pacientes de la población Lgtbi , pudiendo sufrir una gran angustia, la que debemos contener.
Es a partir de este contexto, que se hace necesario que el equipo de salud debe ser un puente entre el mundo interno y social, un profesional dispuesto a ayudar, escuchar y contener. Ya lo decía Jaramillo (1992): “Que el paciente al conocer o intuir la gravedad de su enfermedad, observara la disposición o conducta que presente el equipo tratante, entorno familiar y social. A partir de esto, el verá con quien podrá expresar aquello que le aqueja, angustia o desconcierta. De esta manera, el paciente percibirá no solo aquellos cambios que afronta producto del deterioro físico asociado a su enfermedad, sino que también aquellos cambios que afronta su entorno mas cercano, lo que reafirmara aquello que teme y tendrá la certeza que afrontara su propia muerte (p.44)
A partir de lo anterior, el dar acogida al sufrimiento del paciente y su entorno, evaluando sus preocupaciones y temores, permitirá que puedan expresar libremente lo que les ocurre, situación que favorece el afrontamiento de la enfermedad.
Esperamos que esta instancia de aprendizaje y que los temas elegidos, puedan incentivar y ser útiles en la practica clínica de nuestros colegas.
Ps. Andrea Elina Ortiz Sanhueza (Especialista en Psicooncologia y Cuidados Paliativos)
Asesora Técnica de la Mesa de Cuidados Paliativos del Ministerio de Salud de Chile (Minsal)
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