Por Dr. Bhawna Sirohi, MBBS, FRCP, Directora, Oncologia médica, Max Healthcare, Región de la Capital Nacional, India.
En esta época excepcional, cada paciente con cáncer se encuentra bajo el estrés y la ansiedad, haciéndose una pregunta: ¿Se verá mi tratamiento comprometido por la COVID-19? La triste realidad es que la COVID-19 ya tiene un impacto en los diagnósticos y tratamientos de cáncer.
Como médicos, tenemos que equilibrar a diario los riesgos y los beneficios. Ahora mismo y para muchos de nuestros pacientes, debido a riesgos asociados con la infección en los inmunocomprometidos, aquellos con comorbilidades y de edad avanzada, sería sensato, a corto plazo, retrasar cualquier tratamiento que comprometa aún más el sistema inmunológico.
Dado que ninguno de nosotros sabe cuánto tiempo van a durar los riesgos de la COVID -19, discutiré aquí algunas consideraciones prácticas que debemos tomar a corto plazo.
Para los pacientes con cáncer en tratamiento activo, hay numerosas cuestiones que deben abordarse individualmente con un modelo de toma de decisiones compartido entre el paciente, la familia y el oncólogo.
Lo que todos los pacientes deben hacer
1. Por teléfono, discutir detalladamente con su oncólogo los riesgos y los beneficios del tratamiento en curso, ya que éste debe ser adaptado a cada paciente.
2. La transmisión ocurre principalmente si hay una exposición continuada al virus y falta de protección personal/higiene de las manos. La higiene de las manos debe ser controlada rigurosamente por usted y su proveedor de cuidados. El lavado de manos debe durar 20 segundos. Los guantes o el desinfectante para manos NO son sustitutos para el lavado de manos. Si utiliza un desinfectante para manos, use uno que contenga al menos 60 % de alcohol.
3. ¿Es posible aplazar toda visita al hospital; es posible realizar cualquier procedimiento desde casa?
4. Si debe ir al hospital, no lleve a más de un proveedor de cuidados consigo.
5. Fiebre, tos seca, fatiga y dolores musculares son signos de la infección por COVID-19, pero también son efectos secundarios normales de algunos tratamientos contra el cáncer. Si tiene alguno de estos síntomas, comuniquese primero con su oncólogo antes de ir al hospital.
6. Una vez que se disponga de pruebas más amplias de COVID-19, considere hacer la prueba en casa, si es posible, en lugar de ir al hospital.
7. Las primeras pruebas indican que los pacientes de cáncer tienen un mayor riesgo de contraer la COVID-19 que otros; por lo tanto, practique el distanciamiento físico, la higiene de las manos y use ropa protectora si debe ir al hospital. Una vez que vuelva a casa, dése una ducha y haga que limpien la ropa por separado.
Lo que los hospitales y especialistas en cáncer deben hacer
1. Como médicos, debemos aconsejar y hablar con los pacientes sobre el impacto de los cambios en los tratamientos para ellos a corto plazo. No podemos medir el impacto que estas decisiones tendrán en los resultados a mediano y largo plazo.
2. No tenemos pautas clínicas o éticas formales aquí, así que tenemos que practicar proactivamente una medicina pragmática, excepcional. Hágase las siguientes preguntas:
a. ¿Es posible evitar la radioterapia o quimioterapia, especialmente en tumores sólidos, donde el beneficio es menor?
b. Si es necesario, ¿es posible retrasar el tratamiento?
c. En caso de ser necesario en este momento, ¿es posible acortar la duración del tratamiento o considerar la posibilidad de un tratamiento por vía oral a intervalos prolongados? La quimioterapia de mantenimiento puede ser interrumpida por un corto período de tiempo en función de los factores de riesgo de cada individuo.
d. También sería prudente aplazar los trasplantes de médula ósea y considerar una estrategia alternativa, ya que éstos suelen realizarse en remisión.
e. Dado que los gobiernos de todo el mundo están tratando de hacer frente a la escasez de respiradores, debemos preguntarnos ¿si se justifica continuar con la compleja cirugía del cáncer que requiere la admisión en las unidades de cuidados intensivos durante períodos prolongados de tiempo?
3. Tenga en cuenta que el distanciamiento físico tendrá un impacto negativo en la salud mental de nuestros pacientes, ya que tendrán menos contacto con amigos, familiares y grupos de apoyo. Si es posible, considere la posibilidad de hacer reuniones de grupos de apoyo a través de plataformas como Zoom. Ya hemos comenzado a hacer esto.
4. Las consultas virtuales por teléfono o videollamadas son probablemente la norma para los próximos meses para minimizar las visitas al hospital. Los seguimientos de rutina deberían posponerse hasta que sepamos más.
5. Los pacientes que toman medicamentos por vía oral necesitan reponer sus dosis con recetas más largas, de 3 a 4 meses. Las consultas en persona seguirán siendo necesarias para aquellos que no tengan teléfonos inteligentes o wifi. Las revisiones mensuales subsiguientes pueden hacerse por teléfono.
6. Debemos considerar tener conversaciones con todos nuestros pacientes (no sólo los que están en la fase IV) sobre una muerte digna y una calidad de vida. Los pacientes ventilados pueden ser incapaces de hablar. Las órdenes de "no resucitar", legales en la mayoría de los países occidentales pero en la India, por lo que es aún más importante que los deseos de los pacientes se documenten claramente con sus propias palabras. Es fundamental comunicar que "no resucitar" no significa "no tratar".
7. Discutir si es necesario o no hacer pruebas de COVID-19 a los posibles donantes, aunque se sepa que no hay transmisión de sangre.
8. Detener todos los exámenes rutinarios de cáncer durante los próximos 3 a 4 meses o más.
Para la protección personal del doctor
1. El impacto psicológico de todo esto en nosotros como oncólogos también será inmenso. Nos encontramos todos en un territorio inexplorado. Muchas veces, nuestros pacientes se convierten en nuestra familia y amigos. El vínculo es a menudo de por vida y único. Somos de los pocos privilegiados en experimentar este vínculo, pero este se sumará a los estragos que nos corresponden y por eso, debemos cuidarnos los unos a los otros.
2. Proteja a su familia (deje los zapatos fuera de casa, desinfecte el coche todos los días al ir y venir, deje las carteras y fundas de teléfono en el coche, lávese las manos en cada etapa del camino, lave la ropa por separado). Esto debe convertirse en parte de nuestra rutina diaria durante los próximos meses, o tal vez más.
3. El uso de máscaras protectoras, guantes, batas, desinfección de todas las superficies, higiene de las manos después de cada paciente, distanciamiento físico deben ser una práctica de rutina.
4. Cada día trae consigo una nueva restricción. Nada de reuniones, ni apretones de manos, ni conferencias, ni viajes nacionales o internacionales, ni viajes a través de las fronteras - esto se debe respetar.
Es muy posible que terminemos tratando a unos pocos pacientes que pueden comprometer los resultados del cáncer a largo plazo, pero esto debe sopesarse con la clara amenaza de la COVID-19, que también puede aumentar las muertes a corto plazo. Es poco práctico intentar mejorar marginalmente los resultados de supervivencia a 5 o 10 años e ignorar ahora el riesgo de muerte real, debido a la COVID-19.
Esto es molesto para todos nosotros, pero debemos aprovechar al máximo la situación inédita en la que estamos y hacer de la medicina basada en la excepción nuestra guía, en lugar de atarnos a la medicina basada en la evidencia.
¡Ejerzamos el autocontrol, seamos inteligentes y prácticos, mantengámonos a salvo!
References: Liang et al, Lancet oncology 2020; 21: 3 : 335-37
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