Añadir un nuevo fármaco al tratamiento estándar puede ralentizar la progresión del cáncer de mama avanzado en las mujeres más jóvenes, encontró un ensayo clínico reciente.
El medicamento, llamado ribociclib (Kisqali), fue aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE. UU. en marzo para el tratamiento de las mujeres postmenopáusicas con un cáncer de mama avanzado.
Ahora, los expertos afirman que el medicamento es igual de efectivo en las mujeres premenopáusicas.
En el ensayo, el tratamiento normalmente duplicó el tiempo que una mujer permaneció libre de progresión del cáncer, de más o menos un año a dos años.
Ese beneficio es "sorprendentemente similar" al observado en las mujeres postmenopáusicas, afirmó el Dr. Neil Iyengar, especialista en el tratamiento del cáncer de mama en el Centro Oncológico Conmemorativo Sloan Kettering, en la ciudad de Nueva York.
El cáncer de mama ocurre con una mayor frecuencia en las mujeres mayores, y los tumores que se desarrollan antes de la menopausia tienden a ser más agresivos, explicó Iyengar.
"Este estudio es importante porque aborda la pregunta de si un tratamiento es igual de efectivo para las mujeres premenopáusicas que para las menopáusicas", dijo. Iyengar no participó en la investigación.
El Kisqali es uno de varios medicamentos nuevos llamados inhibidores CDK4/6. Funcionan al bloquear dos proteínas que ayudan a las células cancerosas a crecer y dividirse.
El fármaco se aprobó específicamente como tratamiento de primera línea para las mujeres postmenopáusicas con un cáncer de mama avanzado con receptores de hormonas positivos, lo que significa que el estrógeno fomenta el crecimiento del cáncer.
Es para usarse junto con un inhibidor de la aromatasa, un fármaco que bloquea la producción de estrógeno en las mujeres postmenopáusicas. Los inhibidores de la aromatasa se pueden administrar a las mujeres premenopáusicas si han usado medicamentos que desactivan la producción de estrógeno en los ovarios.
En el nuevo ensayo participaron 672 mujeres con un cáncer de mama avanzado, de 25 a 58 años de edad, que eran premenopáusicas o que estaban pasando por la menopausia.
Todas las mujeres recibieron la terapia hormonal estándar (un inhibidor de la aromatasa o el fármaco tamoxifeno) además de medicamentos de supresión ovárica. La mitad se asignó al azar a también tomar Kisqali. La otra mitad recibió tabletas inactivas de placebo.
El enfoque principal del ensayo era una "supervivencia libre de progresión", es decir, el tiempo que una paciente vive sin que el cáncer empeore.
En general, las mujeres que tomaron Kisqali típicamente estuvieron libres de progresión durante dos años, frente a 13 meses entre las que solo recibieron el tratamiento estándar.
Los hallazgos ofrecen una "prueba clara" de que el fármaco puede funcionar igual de bien en las mujeres más jóvenes, apuntó el investigador líder del ensayo, el Dr. Debu Tripathy, profesor de medicina y presidente del departamento de oncología médica del seno en el Centro Oncológico M.D. Anderson de la Universidad de Texas, en Houston.
Pero Tripathy advirtió que Kisqali aún no está aprobado para las mujeres premenopáusicas.
El mes pasado, Novartis, fabricante de Kisqali, dijo que "iniciaría conversaciones" con los reguladores farmacológicos basándose en los resultados del ensayo.
Tripathy, que es un asesor asalariado de Novartis, presentó sus hallazgos el miércoles en el Simposio del Cáncer de Mama de San Antonio. Las investigaciones presentadas en reuniones médicas se deben considerar preliminares hasta que se publiquen en una revista revisada por profesionales.
Kisqali tiene su lado negativo. Por ejemplo, se sabe que con frecuencia provoca una reducción en ciertos glóbulos blancos que ayudan a combatir las infecciones.
En este estudio, tres cuartas partes de las mujeres que tomaron Kisqali tuvieron un declive en unos glóbulos sanguíneos llamados neutrófilos, aunque la mayoría no tuvieron síntomas, según Tripathy.
Unas cuantas mujeres tuvieron lo que se conoce como QT prolongado, que es un cambio en la actividad eléctrica del corazón que puede provocar una arritmia. Novartis dice que como "precaución", las pacientes que toman Kisqali deben evaluar su actividad cardiaca antes y durante el tratamiento.
El estudio no responde a la pregunta de si el fármaco alarga o no las vidas de las mujeres en última instancia, señaló Tripathy.
Pero añadió que es una pregunta difícil, porque una vez el cáncer de una mujer progresa, por lo general prueba otros tratamientos, como la quimioterapia o unos medicamentos "dirigidos" más recientes.
Iyengar se mostró de acuerdo. Y dijo que los investigadores siguen intentando averiguar la mejor trayectoria de tratamiento una vez las pacientes tienen una progresión.
Iyengar apuntó que por ahora "este estudio nos da evidencias nuevas y convincentes que muchos médicos y pacientes deberán tomar en cuenta".
El costo y lo que el seguro cubre es otro tema. Kisqali, como otros inhibidores CDK4/6, cuesta miles de dólares por un ciclo de tratamiento de 28 días.
Fuente: Medline Plus
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