Los hombres con un cáncer de próstata en etapa temprana que se someten a una cirugía para extirpar el tumor no viven más que los que no reciben ningún tratamiento, concluyó un ensayo clínico de larga duración.
Al mismo tiempo, casi uno de cada tres hombres que se sometieron a la cirugía acabaron teniendo complicaciones a largo plazo, como la incontinencia urinaria y la disfunción eréctil, apuntó el investigador líder, el Dr. Timothy Wilt, investigador clínico en el Sistema de Atención de la Salud de Asuntos de Veteranos de Minneapolis.
Basándose en estos hallazgos, los expertos en el cáncer deben revisar las directrices clínicas de forma que la mayoría de hombres con un cáncer de próstata de riesgo bajo no reciban ningún tratamiento, planteó Wilt.
En su lugar, los médicos deben simplemente seguir el progreso del cáncer de crecimiento lento de sus pacientes haciendo preguntas sobre las señales y los síntomas de la progresión de la enfermedad.
"Nuestros resultados demuestran que para la gran mayoría de hombres con un cáncer de próstata localizado, seleccionar la observación del tratamiento que elijan puede ayudarles a vivir durante un tiempo similar, evitar la muerte por el cáncer de próstata, y prevenir los daños del tratamiento quirúrgico", dijo Wilt.
Más o menos un 70 por ciento de los hombres recién diagnosticados con cáncer de próstata están en las primeras etapas de la enfermedad, con tumores no agresivos que no se han propagado más allá de la glándula prostática, según una declaración del coautor del estudio, el Dr. Gerald Andriole, director de cirugía urológica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, en St. Louis.
"Esos pacientes tienen un pronóstico excelente sin cirugía", dijo Andriole. "Este estudio confirma que el tratamiento agresivo por lo general no es necesario".
Este ensayo clínico se inició en 1994, más o menos en la época en que un nuevo análisis sanguíneo llamado antígeno prostático específico (APE) revolucionó la detección del cáncer de próstata, explicaron los investigadores en las notas de respaldo.
De hecho, este fue el primer ensayo aleatorio en comparar la cirugía con ningún tratamiento desde que la prueba del APE se hizo común, señaló Wilt.
La prueba sanguínea del APE permitió a los médicos detectar cánceres de próstata que de otra forma no hubieran sido notados a lo largo de la vida de un hombre, según el Dr. Len Lichtenfeld, subdirector médico de la Sociedad Americana Contra El Cáncer (American Cancer Society).
Antes de la prueba del APE, era de conocimiento generalizado que casi todo hombre que llegara a los 90 años tendría un cáncer de próstata, dijo Lichtenfeld. Pero el cáncer solo se encontraría durante una autopsia, dado que nunca tuvo ningún efecto en su salud.
"En la era del APE, cuando pudimos comenzar a encontrar muchos cánceres más, supusimos que cada cáncer que encontráramos tenía el potencial de ser un 'cáncer malo', cuando de hecho una minoría de cánceres de próstata provocarán alguna vez dificultades a un hombre a lo largo de su vida", comentó Lichtenfeld. "Es una lección que supimos hace muchos años, pero que perdimos de vista por el camino".
En el ensayo clínico, los investigadores asignaron al azar a 731 hombres con un cáncer de próstata de riesgo bajo a someterse a una cirugía o solo a observación.
La observación es muy distinta que la vigilancia activa, anotó Wilt.
En la vigilancia activa, los hombres reciben pruebas del APE ocasionales, exámenes rectales digitales y biopsias de próstata mientras los médicos controlan con cuidado el progreso del tumor, dijo Wilt. La observación solo implica que los médicos pregunten sobre los problemas de salud que podrían estar relacionados o no con el cáncer de próstata.
De los hombres que se sometieron a una cirugía para el cáncer de próstata, 223 (un 61 por ciento) murieron durante las hasta dos décadas de seguimiento, frente a 245 hombres (un 67 por ciento) de los que se asignaron a la observación. La diferencia no es estadísticamente significativa, anotaron los investigadores.
Además, 27 hombres (un 7 por ciento) en el grupo de cirugía murieron de cáncer de próstata, en comparación con 42 hombres (un 11 por ciento) en el grupo de observación. Esa diferencia tampoco fue estadísticamente significativa, según el informe.
El Dr. Sumanta Pal, oncólogo y profesor clínico asistente en City of Hope en Duarte, California, dijo que "en muchos pacientes con un riesgo bajo, el cáncer de próstata puede desarrollarse de forma muy indolente, así que incluso si se deja intacto, hay muchos pacientes que no tienen una progresión significativa de la enfermedad a lo largo de un periodo extenso".
Los investigadores sí encontraron que algunos hombres con un cáncer de próstata moderadamente agresivo vivirían más si se sometieran a una cirugía. Esos pacientes, además de los hombres con un cáncer de próstata de alto riesgo, deben hablar sobre los beneficios de los tratamientos (como la cirugía o la radioterapia) con el médico, planteó Andriole.
Lichtenfeld enfatizó que el "estudio no significa que todo hombre con un cáncer de próstata puede prescindir del tratamiento. Lo que este estudio implica es que debemos prestar atención a lo que encontramos en el momento del diagnóstico, y entonces personalizar el mejor tratamiento para ese hombre en particular".
Fuente: Medline Plus